Comer alguna parte del cuerpo de una serpiente, tortuga, sapo o cualquier cosa que se pueda imaginar es posible en Cúcuta a través del mundo del dulce y la pastelería.
Animales y objetos que parecen reales se han convertido en tendencia a través de preparaciones hiperrealistas, un estilo que los detalla con total nitidez y definición, logrando creaciones cien por ciento comestibles.
Desde que tiene memoria, Adrián Duarte, un joven artista cucuteño, recuerda que la pasión por las manualidades y las herramientas siempre ha estado presente. Tanto así que su deseo por darle vida a inigualables ilustraciones con materiales como plastilina, madera, cemento y alambre, lo han convertido en un versátil creador.
Un camino que aún continúa explorando y al que la pastelería y el dulce llegaron para mostrarle una nueva pasión: hacer tortas lo más reales posible con ingredientes como fondant o chocolate.
“Empecé en pastelería de la ciudad con ‘Maya’, la esposa de mi cuñado, ellos hace un tiempo tuvieron la idea de hacer una torta hiperrealista y les di unos consejos para que pudiéramos trabajar en conjunto, ellos con su conocimiento de pastelería y los materiales que se pueden manejar”, contó.
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Con poco conocimiento en el mundo pastelero, este artista, de 30 años de edad, fue aprendiendo sobre la infinidad de materiales que se pueden manejar para crear obras de arte comestibles, esculpirlas y llenarlas de texturas con una amplia gama de colores.
‘Como quien hace una maqueta’
Como en toda creación, el proceso para obtener una obra de arte comestible lleva tiempo y horas de minucioso trabajo para que no se escape ningún detalle que refleje total realismo.
Por eso cuenta, que las tortas deben tener una estructura como quien elabora una maqueta y busca en ella un atractivo diseño con estabilidad.
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“Si tomamos un proyecto, por ejemplo un águila, para poderla hacer y que no se vaya a ir abajo, debe tener una estructura sólida, bien sea en madera, alambre o una cabilla especial para poderle dar forma, como en la arquitectura, si no tienes buenas bases tu proyecto se cae”, aseguró.
¿Pero cómo hallar una estabilidad para la comida? La manera que este artista y los pasteleros han encontrado es utilizar esos elementos sólidos y aislarlos del material comestible, forrándolos con vinipel o papel film (un plástico transparente que se usa para envolver comida).
“Después agregamos y tallamos el ponqué a esa estructura, y teniendo el boceto de lo que vamos a hacer, empezamos a esculpir en algunos casos haciendo una mezcla con vino, si se necesita hacer un poco más de textura o volumen”, aseguró.
En un comienzo, cuenta que para darle vida a las creaciones hiperrealistas se apoyaban con fondant, una pasta comestible similar a la plastilina. Pero ahora con la experiencia que les han dado las pruebas y los errores, han encontrado en el chocolate para modelar, una nueva técnica.
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Allí utilizan dos tipos de chocolates, uno para cubrir todo el ponqué, como primera base y otro para lograr texturas, similar al porcelanicrón.
Lo más complicado
Dependiendo del proyecto, el artista y los pasteleros buscan fotografías realistas donde se pueda apreciar desde diferentes ángulos el dibujo animado, objeto o animal para guiarse durante todo el proceso de elaboración, o si es el caso, se usa un boceto como referencia.
“En el proceso pueden seguir nuevas ideas, por ejemplo, se nos puede ocurrir agregar otro tipo de materiales como el isomalt, que funciona como si fuera una resina y permite darle brillo a algunas partes de la pieza que se vaya a elaborar”, señaló.
Acostumbrado a utilizar otro tipo de materia prima como madera, cabilla y hasta chatarra para hacer creaciones no comestibles, este artista también tuvo que enfrentarse a la caducidad de los ingredientes para pastelería, como si se tratara de una carrera contra el tiempo.
“Para mí entre lo más difícil están los tiempos de caducidad del material, sabiendo hacerlo, agregando ingredientes como vino para extender su durabilidad y mantenerlo hidratado, ya que algunos son proyectos a los que se dedican hasta cinco horas diarias”, contó.
El arte de la pastelería
No solo involucrarse en el mundo del hiperrealismo pastelero se convirtió en un reto para Duarte, también lo fue para la pastelera Maryuri Núñez, ‘Maya’, es una mujer que no tenía conocimientos sobre la elaboración de esculturas y este nuevo estilo, pero que ahora se ha convertido en toda una artista.“Con mi esposo nos lanzamos a hacer algo diferente, nuestro valor agregado es la pastelería artística, ahora estamos estudiando la teoría del color y dependiendo del proyecto, si es un animal, se estudia su fisionomía y características para poderlas perfilar”, contó.
La pastelera cucuteña hace un año se encuentra aprendiendo sobre este nuevo estilo para lograr acabados perfectos.
“Queremos transmitir emociones a través de lo que se hace, sea algo asqueroso o tenebroso. Tratamos de replicar lo que más se pueda, dar textura, color y profundidad”, sostuvo.
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Para ‘Maya’ lo más complicado ha sido la aplicación del color y sus combinaciones al dar una apariencia hiperrealista.
“Se puede agarrar una pieza y esculpirla con chocolate para modelar, lo más difícil es darle realismo a través del color, ya que no solo es trabajar la pieza y esculpirla, también es importante la colorimetría”.
Entre sus más recientes proyectos estuvo la creación de Cancerbero, un perro de tres cabezas que hace parte de la mitología griega y al que dedicaron varias horas de trabajo, ya que cada una de ellas les tomó seis horas de elaboración para lograr las mismas proporciones.
Le da la vuelta al mundo
El arte hiperrealista es un movimiento que surgió a finales de los años 60 y se caracteriza por plasmar con exactitud cualquier elemento.
El hiperrealismo pastelero se ha convertido en tendencia durante los últimos años, tanto que hoy en día en redes sociales es frecuente encontrar estas creaciones de la mano de reconocidos pasteleros que han decidido innovar.
Una prueba de ello es la serie de Netflix ‘Is It Cake?’(¿Es pastel?) en la que pasteleros famosos crean deliciosas réplicas de bolsos, máquinas de coser y otros objetos.
Esta producción que cuenta con dos temporadas, pone a prueba el talento de los pasteleros y a los participantes al comparar las creaciones con objetos reales.
¿Cuánto pueden costar?
En Cúcuta, el precio de tortas hiperrealistas oscila entre los $250.000 hasta $3’000.000 dependiendo de la complejidad de los proyectos.
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