Un chef buena onda
Este cucuteño no solo logró ganarse el cariño y reconocimiento de los colombianos por su buena onda, alegría y su talento, también, se llevó el título de la segunda versión del concurso.
“Lo más bonito de estar en este ‘reality’ fue que pude ser esa persona que soy frente a muchas personas que recibieron ese mensaje que, para llegar a algún lado no necesita pasar por encima de alguien, y que lo hice de corazón. En ningún momento monté estrategias, obviamente aprendí y conocí a mi gran maestro Paco Roncero”, dijo Leonardo, quien tiene la convicción de que su enfoque en la competencia, sin pelear con nadie, la calma, la paciencia y hacerle caso a su corazón, le permitió ganar el concurso gastronómico.
Luego de su triunfo se radicó en Bogotá, y le salieron muchas propuestas. Una de esas tener un programa de cocina en el Canal Uno, donde aprovechó la oportunidad y su reconocimiento fue aún más.
Ante esto, Morán creó su marca ‘Leo Cocinero’ en la que promueve sus recetas en Instagram, donde deleita a sus más de 212 mil seguidores, pero también logra robarse los suspiros de sus fanáticas por su cuerpazo, producto de su amor por el deporte. Tan “derretidas” tiene a sus fanáticas que lo consideran el cocinero más “churro” de la televisión.
“Para mí el deporte es parte de mi vida y también trato de comunicarle a toda la gente que me sigue es que integren el deporte en la vida, es tan simple como salir a caminar. A mí me da tranquilidad, paz y salud mental”, agregó.
Aunque cocina de todo, prefiere los mariscos y los pescados por ser una comida fresca y sencilla; sin embargo, cuenta que también es amante del alimento que viene de la tierra como la fruta, los cereales, las plantas.
El cucuteño también dejó claro que por ser un chef no quiere decir que sea estricto en su comida; también se da su gusto en comer pan, roscón, un pastel gloria, una gaseosa y, de vez en cuando, comida chatarra.
Toda la familia del chef está en Cúcuta, y los diciembres son sagrados para él. Por eso, disfruta de la ciudad cuando viene. Se come un pastel de garbanzo y va a los pueblos cercanos.
“Me encanta mi ciudad, caminar sus calles, hablar con la gente, sentarme en cualquier lado y pasearme el parque La Ceiba, donde siempre hemos vivido”, contó Leo, quien es graduado del colegio Salesiano, donde tiene gratos recuerdos.
El mejor ingrediente de la vida del cucuteño es el amor. Asegura que está muy enamorado de la vida, cada vez más de su vida, de comunicar desde el corazón y de sentirse desde su cocina y llevarle a la gente ese pedacito de Leo a través de sus redes sociales.
Hoy trabaja en su marca, con planes de empezar con clases virtuales, cursos, charlas y sacar unos libros pequeños de recetas.