Todos los virus cambian con el paso del tiempo, es por ello que del SARS-CoV-2, que causa la enfermedad de la COVID-19, han resultado diferentes variantes. La mayoría de los cambios tiene escaso o nulo efecto sobre las propiedades del virus.
Sin embargo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunos cambios pueden influir sobre algunas de ellas, como por ejemplo su facilidad de propagación, la gravedad de la enfermedad asociada o la eficacia de las vacunas, los medicamentos para el tratamiento, los medios de diagnóstico u otras medidas de salud pública y social.
La ómicron es la cepa más reciente, que, debido a su acelerada propagación, generó un aumento de los contagios y por estos días Colombia vive una cuarta ola de casos, según el Ministerio de Salud. El Instituto Nacional de Salud (INS) informó en enero que más del 60% del mapa genómico de COVID-19 en el país es dominado por la nueva variante.
La Opinión conversó con el médico pediatra Andrés Felipe Arias, especialista en Infectología, sobre el panorama de la pandemia y qué se puede esperar.
¿Qué pasaría si resulta una variante de la COVID-19 más contagiosa o más mortal?
Lo que esperamos con el transcurrir de la situación generada por la COVID-19 es que pasemos de pandemia a endemia, es decir, circule y tenga un compartimiento viral estacional; seguramente muy similar como lo vemos con influenza AH1N1.
Con influenza, la pandemia de 2009, la superamos y quedó circulando, pero nos protegemos a través de una vacuna para toda la familia, todos los años entre abril y mayo. Muy probablemente sea el escenario para SARS-CoV-2: actualización de vacunas para población de riesgo y personas susceptibles, que al final somos todos, porque no sabemos en realidad cómo nos va a tocar la enfermedad.
Hemos avanzado y en estos momentos se requiere una tercera dosis de vacuna o dosis de refuerzo, porque la variante ómicron, según los estudios, ha mostrado que evade la respuesta inmune inducida solo con dos dosis y también en quienes ya tuvieron COVID.
¿Cuántas variantes puede tener un virus?
Dentro del análisis genómico, todos tenemos un material genético que me hace diferente a mí de usted y de esa manera yo tengo 20 ladrillos amarillos y usted tiene 18 amarillos y dos azules, pero seguimos siendo humanos.
El virus se comporta igual, todos son SARS-CoV-2, pero cambian pedacitos de ladrillos que los constituyen, no por eso es un virus diferente; simplemente que nuestro sistema de defensa, al cambiar los ladrillitos, pues evade ese sistema de identificación.
No es la primera vez que se ve un virus con tantas variantes o linajes. Los virus, como se replican y mutan relativamente de manera frecuente, pueden tener varios linajes. Para este virus se decidió darle alfabeto griego.
¿Qué tan recurrente es el uso de vacunas de refuerzo para combatir una enfermedad?
Depende de la estabilidad del virus, de su capacidad de mutar y que el sistema de defensa en el ser humano siempre lo reconozca. Por ejemplo, la vacuna de varicela permite dar a conocer la célula del virus y esta permanece estable en el tiempo, por lo tanto no requiere refuerzos.
Pero lo vimos con la influenza AH1N1, que va haciendo cambios en el material genético y que requiere ser monitoreado. No es lo más usual, porque la mayoría de virus son conservadores y no mutan tan rápido, como influenza y SARS-CoV-2.
¿Colombia tiene escenario para aplicar una cuarta dosis contra la COVID-19, como en Chile?
La cuarta dosis sigue siendo muy debatida: con qué, cuál, en qué tiempo y cómo vamos a administrarla. Recién recibíamos datos de vacunación para la variante delta con tercera dosis, cuando apareció la ómicron y se hizo necesario la tercera dosis.
Creo que hay que ser prudentes todavía para definir la necesidad de toda la población para esta cuarta dosis. Posiblemente haya población que la vaya a requerir, como adultos mayores, inmunosuprimidos y personas con enfermedades de base. Será tarea nuestra, del personal de la salud, informar por qué sí y a quienes administrarla.
¿Qué recomienda ante la aprobación de medicamentos para tratar la COVID-19?
Los medicamentos aprobados para tratar la COVID-19 son y serán de prescripción médica. Que no les pase lo que en Norte de Santander fue muy famoso, que imprimen la cajita, le ponen el nombre del fármaco y lo venden.
Nos pasó con el Rendesivir. Hubo incluso muchos batas blancas o médicos que recetaron este medicamento, el cual, por su alto costo, es regulado por el Estado. Por más mercado negro que pueda existir y batas blancas que quieran asumir la importación de estos medicamentos, el consejo es que no se dejen engañar.
¿Falta mucho para que esta pandemia se convierta en endemia? ¿Cómo ve el panorama?
El panorama los vemos prácticamente endémico, lo que pasa es que mientas todavía haya países o contenientes como África, con un porcentaje de cobertura de vacunación tan bajo, el riesgo de nuevos variantes de preocupación es alto.
Y si sigue latente declarar el cierre de una pandemia como medida de salud pública no es lo correcto, porque es bajar la alarma. Hay que esperar, hay que tener a la población bien vacunada a nivel mundial y poder decir a ciencia cierta que la circulación se mantiene estable y que las variantes no tienen un comportamiento de mayor agresividad.
¿Hasta cuándo se usará tapabocas?
Mientras no haya un medicamento al alcance de todos para tratar la COVID-19, la inmunización no sea completa y tengamos vacunación mixta, entonces las población de alto riesgo y quien tenga contacto con ella deberán seguir usando el tapabocas en un estado de endemia.
Las variantes
La OMS mantiene sus estudios sobre las variantes del SARS-CoV-2. En sus actualizaciones epidemiológicas semanales se proporciona regularmente información actualizada sobre las clasificaciones del virus, la distribución geográfica de las variantes preocupantes y los resúmenes de sus características fenotípicas (transmisibilidad, gravedad de la enfermedad, riesgo de reinfección e impactos en el diagnóstico y la eficacia de la vacuna) basada en los estudios publicados.
Variantes preocupantes (VOC, por sus siglas en inglés)
- Una variante del SARS-CoV-2 preocupante cumple con los siguientes criterios:
- Aumento de la transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología de la COVID-19.
- Aumento de la virulencia o cambio en la presentación clínica de la enfermedad.
- Disminución de la eficacia de las medidas sociales y de salud pública o de los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos disponibles.
Variantes de interés (VOI, por sus siglas en inglés)
Son variantes del SARS-CoV-2 que:
- Presentan cambios en el genoma que, según se ha demostrado o se prevé, afectan a características del virus como su transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad que causa y su capacidad para escapar a la acción del sistema inmunitario, ser detectado por medios diagnósticos o ser atacado por medicamentos.
- Dan lugar a una transmisión significativa en medio extrahospitalario o causan varios conglomerados de COVID-19 en distintos países, con una prevalencia relativa creciente y ocasionando números cada vez mayores de casos con el tiempo, o bien que presentan, aparentemente, otras características que indiquen que pueden entrañar un nuevo riesgo para la salud pública mundial.
Variantes bajo vigilancia (VUM por sus siglas in inglés)
Son cualquier variante del SARS-CoV-2 que presente modificaciones en el genoma que, según se sospeche, puedan afectar a las características del virus y parezcan indicar que la variante puede entrañar riesgos en el futuro, a pesar de que no se disponga de pruebas claras de los cambios que pueda causar en el fenotipo o en las características epidemiológicas del virus y sea necesario mantener el seguimiento y continuar estudiándola hasta que no se disponga de más información.
Los gráficos son de la OMS
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