Se dice que acciones son amores, y en el contexto de la guerra en Colombia, son aquellas acciones restaurativas de quienes algunas vez pertenecieron a las filas de insurgentes, las que van sanando de a poco las heridas abiertas en las comunidades afectadas por años de conflicto.

En Norte de Santander 608 firmantes de paz, todos excombatientes de las Farc, registraron importantes avances en ese proceso, con el cumplimiento de una serie de agendas territoriales, instrumento clave para consolidar su integración a las actividades que fortalecen el tejido social y promueven la reconciliación en las comunidades locales.

Lorena Corvera, coordinadora regional de la Agencia de Reincorporación y Normalización, ARN, la entidad que les hace acompañamiento en este proceso, destacó que “el cumplimiento de estas agendas aportan a ese diálogo tan necesario y tan difícil de alcanzar después de la guerra”.  

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“Es importante, porque determina la forma cómo nos encontramos, cómo nos vemos, cómo nos reconocemos, y cómo establecemos de nuevo relaciones y creamos relaciones de confianza”, dijo.

Resaltó que en el año se cumplieron en total seis agendas, con una inversión de 102 millones de pesos en cada una, es decir, más de 600 millones, un ejercicio que implicó que firmantes y comunidades dejaran de lado sus diferencias, superaran las conflictividades y trabajaran en un plan común para generar acciones de restauración.

De acuerdo con el balance de gestión entregado por la ARN, dichas agendas se desarrollaron en los municipios de Tarra, Teorama, Convención, Tibú, Hacarí y San Calixto, y durante su implementación, se lograron articular planes de acción que atendieron necesidades específicas en infraestructura, procesos de memoria histórica y adecuación de espacios comunitarios.

En total, cerca de 170 firmantes del Acuerdo de Paz participaron en estas iniciativas, junto con aproximadamente 2.000 personas de las comunidades locales.

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En cada municipio se llevaron a cabo proyectos específicos que respondieron a las necesidades y potencialidades de cada comunidad. Por ejemplo, en El Tarra se hizo el mejoramiento de la cancha de microfútbol del barrio Nuevo Horizonte, adecuación de cinco salones comunales y la realización de un campeonato intercomunal de fútbol como acción simbólica por la paz.

En Teorama se llevó a cabo una dotación a la Biblioteca Pública y fortalecimiento de la banda músico-marcial de la institución educativa agrícola Región del Catatumbo, además de un mural simbólico denominado “San Pablo Bendito”; en Convención se remodeló el parque principal del corregimiento La Trinidad.

En el corregimiento de La Gabarra, municipio de Tibú, se hizo la adecuación del salón comunal de Asojuntas, reforzando la infraestructura para actividades comunitarias.

Mientras que en Hacarí se creó una granja experimental y restauración de vías comunitarias, y San Calixto se implementó una maquinaria para la transformación de café y cacao, además de un mural denominado “Historia, Café y Legado”, que resalta la identidad cultural de la región.

Estas acciones han servido no solo para mejorar las condiciones materiales en las comunidades, sino también para fortalecer la confianza entre los firmantes de paz y la población local.

Además, las Agendas Territoriales han promovido procesos de memoria histórica y apropiación del territorio, consolidándose como una herramienta fundamental en el camino hacia la reconciliación.

Proyectos productivos y reincorporación social

Uno de los objetivos fundamentales en el proceso de reincorporación es procurar proyectos que garanticen la sostenibilidad económica de los firmantes a largo plazo.

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En este sentido, de acuerdo con la ARN, en Norte de Santander 474 proyectos colectivos e individuales fueron aprobados en 2024. La inversión supera los cinco mil millones de pesos y beneficiarán a 596 personas.

Por otra parte, en cuanto a los planes individuales de reincorporación, los firmantes y sus familias, priorizan en sus proyectos particulares necesidades de vivienda, educación para sus hijos, atención en salud física, mental y acompañamiento psicosocial.

En este aspecto, la Agencia para la Reincorporación y la Normalización señaló que mensualmente se han mantenido niveles de atención superiores al 90% en las diferentes instituciones del Estado, lo cual ha permitido que más de 600 personas formulen su plan de reincorporación.

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