The Economist Intelligence Unit y Corteva Agriscience a través del Índice Global de Seguridad Alimentaria 2020 (GFSI) midieron la dinámica de los sistemas alimentarios en 113 países a través de factores como asequibilidad, disponibilidad, calidad e inocuidad.
La novena edición del informe que se elaboró para el año pasado evaluó 19 países de América Latina, incluido Colombia.
El estudio hace un análisis sobre la seguridad alimentaria en un contexto de desigualdad económica y de ingresos, condiciones ambientales y de recursos naturales. Pero, lo que más llama la atención es cómo la COVID-19 generó un importante impacto en los sistemas alimentarios.
Sobre este tema, el informe indica que la pandemia puso de manifiesto las limitaciones de los programas de la red de seguridad alimentaria, que provocaron importantes alteraciones en ese indicador. La seguridad alimentaria mundial disminuyó por segundo año consecutivo.
En el caso particular de Colombia, el informe destaca que el país se movió rápidamente para desarrollar nuevos programas de asistencia alimentaria para las poblaciones más vulnerables durante la emergencia sanitaria.
“La adecuación en el suministro de alimentos, medida que contempla la variable de disponibilidad de requisitos dietarios, también fue clave para que el territorio colombiano experimentara una fuerte mejoraría durante el 2020”, reseñó el informe.
Así mismo, en cuanto a diversidad de la dieta, Colombia es el cuarto país en liderar esta variable ya que incluye alimentos que proporcionan unos altos valores nutricionales, como es el caso del pescado y los frijoles.
“Los resultados de esta medición nos invita a ser firmes en nuestro compromiso con la innovación para continuar proporcionando los insumos necesarios que requieren los productores para los cultivos que son fundamentales en la dieta de los colombianos; como es el caso de arroz, banano, frutales, aguacate y carne, entre otros”, indicó Carlos Rebolledo, director general para Colombia de Corteva Agriscience.
Al apoyar este estudio, la empresa busca poner de manifiesto los retos que enfrenta la población mundial para tener la disponibilidad de alimentos de las futuras generaciones.
En el escalafón de América Latina, Colombia logró el noveno puesto con un puntaje de 63,1. Entre los cinco países con mejor desempeño regional se encuentran Costa Rica a la cabeza con (72,3 puntos); seguido por Uruguay (71,4); Chile (70,2); Panamá, (68,9) y México (66,2).
Por otra parte, entre los cinco países con peor desempeño están Haití con 105 puntos; seguido de Venezuela con 96 puntos; Nicaragua con 76; Guatemala, con 71; y Ecuador con 68.
En materia de asequibilidad, si bien ocho países se ubicaron en la mitad superior a escala mundial, ningún país latinoamericano alcanzó una posición dentro de los primeros 20 en el mundo.
La región logró un sólido desempeño en seguridad alimentaria, ayudado por altos niveles de electrificación y en el acceso al agua potable.