Las perforaciones ilícitas al oleoducto de la vía Caño Limón – Coveñas, en Tibú, son una constante pesadilla para los habitantes de las veredas San Miguel y Campo Giles. El domingo, se volvió a registrar un derrame, que amenazó con afectar sus cultivos y la bocatoma del acueducto del corregimiento Campo Dos.
La empresa Cenit, una contratista de Ecopetrol, que se encargada del oleoducto, le explicó a La Opinión que el derrame ya está controlado y en estos momentos están recogiendo los rastros, evitándose una catástrofe ambiental.
Para la suerte de los habitantes de ambos sectores, no hubo afectación a los afluentes que surten las bocatomas de acueductos, debido a que al momento de la fuga se encontraban adelantando acciones de bombeo.
“Al momento de la contingencia, el oleoducto se encontraba reiniciando labores de bombeo, por lo cual de manera preventiva se tenían instalados cinco puntos de control provisionales y uno permanente, y la protección de la bocatoma del corregimiento Campo Dos, de Tibú. Estas acciones permitieron atender a tiempo esta novedad” explicó Letty Bianet Roa La Rotta, funcionaria de la petrolera.