El fiscal general de la República de Venezuela, Tareck William Saab, dio a conocer el pasado 9 de mayo, el inicio de un plan de prevención contra el acoso escolar, el cual arrancó en el estado Táchira, específicamente en el Colegio Juan XXIII, con el cual abordarán 63 escuelas y sensibilizarán en torno al tema a 2.600 estudiantes del país.
Este plan fue puesto en marcha luego de varios hechos de agresión y acoso escolar que se han viralizado en Venezuela, y que han sido abordados por el sistema penal. Uno de estos casos ocurrió en un colegio de Caracas, donde un estudiante de bachillerato golpeó a otro, que físicamente se ve más pequeño, hecho que fue grabado, se volvió viral en las redes sociales y para el cual fue designada la Fiscalía 117 del Sistema Penal de Responsabilidad de los Adolescentes, encargado de investigar y sancionar dichas acciones.
No obstante, el fiscal general de la República desde el mes de marzo viene expresando la preocupación que existe en torno a la creciente tendencia al acoso escolar entre niños, niñas y adolescentes que han generado fatales desenlaces como el suicidio, deserción escolar, baja autoestima y traumas.
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Por tanto, a los Fiscales Superiores del Ministerio Público del país les ordenó atender de manera oportuna y ejemplarizante los casos de acoso escolar que ocurran en las regiones venezolanas.
Al respecto, Eudes Martínez, subdirector del Colegio Arturo Uslar Pietri, en San Cristóbal, señaló que dentro de dicha institución ya comenzaron jornadas de conversatorios dentro de cada aula para evitar el bullying, además cada grupo cuenta con un orientador, encargado de vigilar por el cumplimiento de las normas de convivencia, cuyas estrategias están siendo aplicadas por gran parte de las instituciones educativas de la región.
"De ser necesario, si el acoso se sale de la parte psicológica y verbal a violencia física, ahí tendría que actuar la fiscalía", indicó el subdirector.
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En Venezuela, es costumbre la agresión verbal, justificada como un juego, incluso se le denomina en ciertas ocasiones como "chalequeo" o "aplique".
El subdirector del colegio consideró que quizá en generaciones anteriores las personas no se afectaban tanto, pero en la actualidad se ha comprendido que constituye una forma de violencia que puede afectar de diferentes maneras.
"Hay niños que no se sienten afectados, pero otros que sí son susceptibles, en nuestro país hay niños que han llegado al suicidio debido a un acoso verbal y psicológico de sus compañeros", destacó el educador.
Zuly Mora, integrante del equipo del Observatorio de Educación de Fundaredes, comunicó que existen dos términos, acoso escolar y bullying escolar; el primero es cuando el agresor intimida una o dos veces a la víctima; el segundo término es cuando el agresor lo hace de manera consecutiva y eleva el nivel de violencia, bajo una serie de amenazas hostiles.
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Este tipo de maltrato se ha agudizado en el país y está siendo monitoreado en las redes sociales por el Observatorio de Fundaredes, pues a través de estos medios los victimarios se sienten más poderosos, ridiculizando a la víctima, o, a través de un público que lo aplaude, para sentirse con mayor poder, acotó Mora.
La organización no gubernamental estima que en la región han ocurrido más de 100 casos de bullying y acoso escolar en lo que va del año, por exclusión social, agresión verbal, y psicológica, según datos señalados por educadores, de los cuales, muchos no han sido visibilizados públicamente.
Responsabilidad penal desde los 14 años
El abogado penalista, Jesús Alberto Berro, detalló que la responsabilidad penal, según la legislación venezolana, aplica a partir de los 14 años de edad. No obstante, refirió que el acoso escolar no es nada nuevo, en vista de que en épocas anteriores también ocurría.
Según explicó el experto, este tipo de abuso tendría varias implicaciones y dimensiones; destacando que si son niños menores de 14 años no hay sanción penal porque se entiende que no tiene capacidad de discernir.
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Pero a partir de los 14 años de edad, en Venezuela aplica la responsabilidad penal, en consecuencia responde con un sistema ordinario mayor atenuado; sin embargo, el presunto victimario tendría que presentarse ante tribunales, se le acusa, se le celebran audiencias, se le determina responsabilidad y se le priva de la libertad, describió el abogado.
En el caso de caer en acoso escolar, la responsabilidad penal es relativa, si un adolescente de 14 años maltrata a otro de menor edad, responde por las lesiones que pudo haber causado, a la luz de la ley de protección.
Ahora, si se trata de un caso de acoso entre niños menores de los 13 años, se debe aplicar un tratamiento de orientación y educativo, tomando en cuenta incluso su entorno familiar.
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“El Fiscal ha sido como muy extremo, exige sanciones de rigor y él tiene que tener claro que son personas en formación, que involucran conceptos de orden familiar, social, psicológico, médico, que tienen que valorar todo eso”, refirió el jurista.
Destacó que no todos los casos de acoso escolar son objeto de persecución penal, en vista que significa mucha represión. En el caso de la víctima, el Estado terminaría revictimizando, cuando lo ideal es que los niños se vean lo menos posible afectados desde el punto de vista psíquico, a fin de evitar que vayan a quedar marcados de por vida.
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