Parte de los retos y obstáculos que enfrenta Venezuela para lograr la reactivación del intercambio comercial internacional son la forma de extraer los cargamentos de la irregularidad por donde vienen transitando, sistemas de pagos internacionales y recuperación de las cadenas de comercialización.
Así lo concluyó Carlos Casanova, coordinador del Centro de Estudios de Investigación de Frontera de la Universidad de Los Andes, quien destacó que lo primero que deben evaluar los gobiernos de Venezuela y Colombia son las asimetrías en las relaciones, en vista que Colombia tiene una economía abierta y el país petrolero mantiene una economía cerrada.
Por lo que consideró que en tal aspecto se debe complementar con acuerdos, porque no solo es la reactivación del comercio, sino también es la industria venezolana.
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Resaltó que al vecino país ahora le resta restablecer toda la cadena de comercialización que en los últimos años se ha perdido. Además, expuso que interesa saber cómo se abordará este intercambio comercial cuando en Venezuela no existe sistema bancario internacional.
“¿Cómo se va a abordar el sistema de integración comercial e industrial cuando Venezuela no tiene sistema bancario, cómo hacemos para las cartas de créditos y pagos internacionales, si en el sistema bancario es muy precario?”, se preguntó el analista y académico tachirense.
Casanova se refirió a los eventos que se están haciendo en ambos lados de la frontera, por lo que considera que esto apunta es a animar a los gobiernos para que la integración vuelva a ser como en el pasado.
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Ahora, con respecto al comercio por trochas que se ha venido dando por un largo tiempo, el analista considera que forma parte de un trabajo que hay que diseñar, a fin de retomar el control de aduanas, almacenes, control sanitario de productos para humanos y animales, lo que significa que para Venezuela esta adaptación no será nada fácil.
“Si nosotros dejamos que solo sea un venir de Colombia y llegar al centro de Venezuela, pues se saltaron las poblaciones y las cadenas de comercialización”, manifestó.
Recordó que con el cierre de frontera en el 2015 se perdieron al menos 25.000 empleos y se cerraron por lo menos 6.000 empresas, por lo que además el gobierno venezolano deberá asumir una política de estímulos para los empresarios.
Armando Peña, director nacional de la Universidad Autónoma del Norte y exvicepresidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, puntualizó que la reunión del Acuerdo de la Frontera sirvió para generar todos los caminos, a fin de consolidar la relación entre el corredor Cúcuta - San Cristóbal.
“Por lo pronto, los gremios necesitan una ruta formal de lado y lado de la frontera que incluya el tema financiero, logístico, se brinde seguridad jurídica y estabilidad administrativa”, apuntó Peña.
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Una de las metas es recuperar la infraestructura logística, en vista que unas 60 empresas dedicas a esta rama se fueron de la frontera, lo que permitirá, adicionalmente, recuperar entre 3 o 4 puntos porcentuales de empleo en Norte de Santander, una de las ciudades más afectadas por el desempleo en Colombia.
Juan Carlos Bocanegra Chacón, exdiputado de la Asamblea del Norte de Santander, señaló que hay una gran expectativa para reactivar los lazos de amistad, cuyos créditos deben dársele a los sectores empresariales que a lo largo de tres años introdujeron solicitudes.
Pero también Bocanegra consideró que es importante que las directrices que se giren en torno a la línea limítrofe no sean centrales de parte de ambas presidencias, de allí que resaltó la importancia de ver los puntos de coincidencia y los aspectos débiles que deben trabajar para fortalecerlos.
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