La corte suprema de Venezuela pidió este martes a España la extradición del dirigente opositor Leopoldo López, condenado a casi 14 años de cárcel y exiliado en el país europeo desde hace casi siete meses.
“La Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), declaró procedente solicitar al Reino de España, la extradición activa del ciudadano Leopoldo Eduardo López Mendoza, para el fiel cumplimiento del resto de su condena en territorio venezolano, la cual es de ocho años, seis meses, 25 días y 12 horas”, señaló un comunicado de la máxima corte de línea oficialista.
López, carismático exalcalde del acomodado municipio caraqueño de Chacao, fue sentenciado en 2015 a casi 14 años de prisión, acusado de incitación a la violencia en protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro que dejaron 43 muertos y unos 3.000 heridos entre febrero y mayo de 2014.
En 2017 recibió casa por cárcel, de donde fue liberado por sus guardianes y participó en un fallido alzamiento de un grupo de militares contra el presidente Nicolás Maduro el 30 de abril de 2019. Tras el fracaso del levantamiento, López se refugió en la casa del embajador de España en Caracas, Jesús Silva, donde se encontraba en calidad de huésped hasta que partió a Madrid el 24 de octubre del año pasado.
El gobierno de Maduro acusó entonces al diplomático de ser “cómplice” en la “fuga” de López y ordenó “revisar a fondo” la relación con España.
Pocos días después de llegar López a Madrid, el gobierno español anunció que estaría representado en Venezuela por un encargado de negocios y no un embajador, al cuestionar la legitimidad de Maduro.
La encargada para América Latina del ministerio de Asuntos Exteriores de España, Cristina Gallach, visitó en marzo Venezuela, donde se reunió con el alto gobierno, así como con miembros de la oposición. Dijo apoyar un diálogo en pro de “una solución política a la crisis del país”.
López, que vive en Madrid con su esposa Lilian Tintori y sus tres hijos, no ha reaccionado a la orden del tribunal venezolano.
Guaidó propone negociación con Maduro
El líder opositor venezolano Juan Guaidó propuso este martes retomar negociaciones con el gobierno de Nicolás Maduro para pedir un cronograma de elecciones, que incluya presidenciales, a cambio del “levantamiento progresivo” de sanciones internacionales.
Guaidó --reconocido como presidente interino de Venezuela por 58 países-- rechazaba reanudar conversaciones con Maduro desde que se paralizó en 2019 una ronda de negociación con mediación de Noruega. “Venezuela necesita un acuerdo de salvación nacional”, dijo en un video transmitido en sus redes sociales.
“Debe darse entre las fuerzas democráticas (...), los actores que conforman y sostienen al régimen y la comunidad internacional”.
“El compromiso de la comunidad internacional para lograr esta recuperación” es “ofrecer incentivos al régimen, incluyendo el levantamiento progresivo de sanciones condicionado, por supuesto, al cumplimiento de estos objetivos fundamentales del acuerdo”, añadió.
Guaidó pidió en su mensaje un “acuerdo que incluya (...) la convocatoria de un cronograma de elecciones libres y justas: la presidencial, parlamentarias, regionales y municipales con observación y respaldo internacional”.
Planteó también la “entrada masiva de ayuda humanitaria y vacunas” contra el covid-19, que azota al país con una virulenta segunda ola, y “la liberación de todos los presos políticos”.
La propuesta, que sigue a otros intentos fallidos de negociaciones, ocurre poco después de que el Parlamento de amplia mayoría oficialista nombrase nuevas autoridades electorales.
Es un Consejo Nacional Electoral (CNE) “que no reconocemos”, apuntó Guaidó, rechazando participar en las elecciones regionales y municipales.
El recién nombrado CNE confirmó este martes que esas votaciones se realizarán de manera conjunta este año, aunque sin tener aún fecha asignada.
“Conspirar con la dictadura, para legitimarse mutuamente como tiranía y oposición leal a esa tiranía, no conduce a la libertad, sí a la sumisión y a la normalización de la peor tragedia que ha habido en nuestro país”, expresó Guaidó, que encabezó un boicot opositor contra las presidenciales de 2018 y las parlamentarias de 2020.
“Único instrumento de presión”
En agosto de 2019, Maduro puso fin a los diálogos auspiciados por Noruega en rechazo a duras sanciones económicas de Estados Unidos, principal apoyo internacional de Guaidó.
Tras el fracaso de esos acercamientos, el líder chavista --respalado por las fuerzas armadas y de aliados internacionales como Rusia y China-- inició conversaciones con otros sectores opositores, al margen de Guaidó, que ha calificado de “burla” dichas iniciativas.
En esas negociaciones se acordó dar a opositores dos de cinco cargos principales en la directiva del CNE, presidida por un exministro de Maduro, Pedro Calzadilla.
“Es natural que Guaidó trate de colocar el debate político de nuevo en su cancha pues la selección del nuevo CNE ocurrió en negociaciones entre el gobierno y otra parte de la oposición”, encabezada por el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles, dijo a la AFP el analista político Luis Vicente León.
“La empaqueta, sin duda, en una nueva solicitud de negociación global (...) y lo relaciona con las sanciones porque es el único instrumento de presión que parece tener la oposición hoy, aunque no la controla directamente”, añadió el experto.
Calzadilla, acompañado por el resto de la directiva del CNE, anunció en una declaración ante la prensa una “auditoría amplia” al registro electoral y al sistema automático de votación utilizado en Venezuela.
El funcionario también dijo que el organismo acordó “revisar el estado de las inhabilitaciones” de dirigentes y partidos políticos, que afectan a líderes opositores como Capriles.