Al país llegó el coletazo de la alerta que lanzó recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) por el uso de medicamentos falsificados y de la falta de acceso a fármacos esenciales en gran parte de la población del planeta.

Para el organismo multilateral, los países de ingresos bajos y medianos son los más propensos a padecer estas problemáticas, pues crean un escenario en el que es más proclive la frecuencia y circulación de productos falsificados o de mala calidad.

Según esa organización, 2.000 millones de personas en el mundo carecen de acceso a medicamentos esenciales. Así mismo, la cantidad de oferta que actualmente se encuentra por canales considerados no autorizados hace que la problemática tenga más retos. Muestra de esto es el comercio electrónico al que cualquiera puede tener acceso por medio de redes e internet.

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En ese sentido, las autoridades de salud locales están al tanto y ya han levantado alertas sanitarias sobre la presencia de medicamentos fraudulentos que están circulando entre los ciudadanos.

De hecho, según datos del Instituto Internacional de Investigación contra la Falsificación de Medicamentos (IRACM, por sus siglas en inglés), Colombia está entre las naciones que más producen y comercializan medicamentos falsificados.

Como le explicó  la directora médica de la farmacéutica Novo Nordisk, Sandra Núñez, estamos en esa lista por “la clasificación que tenemos como país de ingresos medios, en donde hay más necesidad de la población de adquirir productos más económicos (...) si bien los controles existen, esta problemática con los medicamentos es más propenso a ocurrir en estos países”, señaló la alta directiva.

¿Cuáles están en Colombia?

A principios de mes, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) admitió la alerta sanitaria número 200-2024 en la que advierte de dos medicamentos fraudulentos: el Ozempic y la Semaglutida, los cuales también están siendo falsificados en otros países.

El Ozempic es un fármaco que se formula para adultos diagnosticados con diabetes tipo 2 que, acompañado con dieta y ejercicio, puede mejorar el nivel de azúcar en la sangre y, en algunos casos, genera pérdida de peso.

Entre tanto, la Semaglutida se le ordena a pacientes con diabetes tipo 2 y también se usa en el tratamiento para perder peso en adultos con sobrepeso u obesidad, que además tengan afecciones como el colesterol elevado o presión arterial alta. El efecto de esta inyección es que la persona se sienta más llena y, por consecuencia, coma en menor cantidad.

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Por eso, los lotes LP6F832, NAR0074, MP5E511 y NP5G443 del Ozempic (1.34 Mg/Ml) - semaglutida solución inyectable son considerados fraudulentos y no ofrecen garantías de calidad, seguridad y eficacia, por lo cual representan un riesgo para la salud de los consumidores.

Ambos se comercializan solo con prescripción médica. Al respecto, Núñez marca un modus operandi: los que son más difíciles de encontrar y los que se venden solo con fórmula médica son los más propensos a ser falsificados.

“En la falsificación hay variedad: unos tienen menos proporción del principio activo del fármaco, otro que no tienen ninguna proporción del principio y los que traen otro distinto, que es el que rotulan como si fuera un producto para tratar una enfermedad para la que realmente no sirve y produce efectos secundarios”, agregó.

Para saber más: preguntas antes de comprar

Entre las recomendaciones para los ciudadanos están las más obvias: no hacerlo por páginas de comercio electrónico, sino por fuentes autorizadas, que van desde la farmacia del barrio hasta las de grandes empresas reconocidas. De igual manera, la directora médica Núñez recomienda hacerse cuatro preguntas antes de comprarlo: ¿El medicamento es difícil de obtener? ¿En qué estado se encuentran los empaques, el producto y su registro? ¿Lo está comprando por un canal oficial? ¿El precio es acorde con lo que esperaría pagar? Así mismo, en la página del Invima se pueden consultar los registros sanitarios de estos artículos.

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