Ayer cuando el intenso sol tenía resguardadas a varias personas bajo la fronda de los árboles de la avenida 6 entre calles 13 y 14, en pleno centro de Cúcuta, se registró un nuevo asesinato. Esta vez la víctima fue Javier Iván Castro Becerra, quien caminaba desprevenido por una de las aceras en sentido norte-sur, quien recibió dos disparos en la cabeza.
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El caso ocurrió promediando las 2:30 de la tarde, a poca distancia de la Gobernación de Norte de Santander, cuando el hombre fue abordado por un delincuente que iba en motocicleta, quien – según testigos- con pistola en mano lo intimidó y le pidió que le entregara el celular.
Sin embargo, al parecer, la víctima sin oponer resistencia le dio el teléfono, pero el sujeto le disparó a pocos metros de distancia, impactándolo en dos oportunidades. El hombre, quien vestía franela blanca, bluyín y zapatos negros se desplomó bocarriba a todo lo largo de su humanidad, en el andén de un templo religioso por donde transitaba en esa infausta hora.
Los disparos que retumbaron muy fuerte alteraron la tranquilidad en el lugar que estaba bastante concurrido, lo que hizo que varias personas entraran en pánico, especialmente una mujer que en su vehículo pasaba cuando se registraba la acción sicarial, quien tuvo que ser asistida por personas de los locales comerciales del sector.
Así mismo, los empleados de una empresa de refrescos que descansaban en el andén después de descargar el camión repartidor, corrieron despavoridos porque no alcanzaban a dimensionar lo que estaba ocurriendo, al punto que un proyectil impactó en la pared a pocos metros de donde estaban recostados, según trascendió.
El relato de testigos da cuenta igualmente que el hombre, de apariencia joven, una vez cometió la acción criminal, volvió a subirse a la moto y dando muestra de total frialdad se alejó de la escena “como si nada”.
Funcionarios de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) llegaron al lugar y tras acordonar la vía se dieron a la tarea de recabar información entre los vecinos, revisar cámaras y demás labores periciales, para intentar encontrar pistas que los lleven a la identificación y captura del sicario.
Se especuló que el hombre había salido de una agencia bancaria ubicada en la misma acera donde ocurrió el asesinato, de donde habría retirado una fuerte suma de dinero, sin embargo los primeros reportes de las autoridades judiciales no se mencionan esos detalles.
Los curiosos que estuvieron durante la diligencia de levantamiento del cadáver, se quejaron por la oleada de inseguridad que castiga a Cúcuta, comentando que ya las muertes ocurren a plena luz del día, en lugares céntricos, cerca a instancias de poder regional y local, por lo que reclamaron más acciones de las autoridades policiales.
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