La condición del papa Francisco “sigue siendo crítica” pero el hombre de 88 años no ha tenido otro ataque respiratorio, dijo ayer el Vaticano, declinando nuevamente dar un pronóstico.
El pontífice argentino se encuentra alerta y continúa recibiendo “oxígeno de alto flujo” a través de una cánula nasal, indicó la Santa Sede en su habitual actualización vespertina.
“El estado del Santo Padre sigue siendo crítico; sin embargo, desde ayer por la tarde no ha presentado ninguna otra crisis respiratoria”, afirma el documento.
A Francisco le administraron dos unidades de glóbulos rojos concentrados y su trombocitopenia “se ha mantenido estable”, indicó.
La trombocitopenia es una afección que ocurre cuando el recuento de plaquetas en la sangre es demasiado bajo, lo que puede causar problemas para detener el sangrado.
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“Sin embargo, algunos análisis de sangre muestran una insuficiencia renal inicial leve, actualmente bajo control”, continúa el comunicado.
Y añadió: “La complejidad del cuadro clínico y la necesidad de esperar a que los tratamientos farmacológicos tengan cierta retroalimentación hacen que el pronóstico siga siendo reservado”.
El Vaticano añadió que el Papa participó en la misa del domingo por la mañana, en su suite papal en el décimo piso del hospital Gemelli de Roma, junto a quienes lo cuidaban.
Francisco, que ha sido jefe de la Iglesia católica mundial desde 2013, fue admitido en el centro hospitalario el pasado 14 de febrero.
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Al principio le diagnosticaron bronquitis, pero la enfermedad evolucionó hacia una neumonía doble y el sábado el Papa sufrió un ataque respiratorio prolongado.