Elon Musk volvió a exasperar a sus usuarios, nueve meses después de comprar Twitter, limitando -sin previo aviso- el uso gratuito de la red social, una decisión contracorriente de la industria de la que sus competidores buscan sacar provecho.
Así el grupo Meta de Mark Zuckerberg, la empresa matriz de Facebook, presentó esta semana su nueva aplicación 'Threads"' que pretende competir directamente con Twitter.
Descrita por Apple como "la aplicación de Instagram para conversaciones de texto", el lanzamiento está previsto para el jueves en Estados Unidos.
Por otra parte, el proyecto "Bluesky", dirigido por el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, y accesible por invitación, también intenta hacerse notar con un enfoque más descentralizado.
Estas iniciativas pretenden sacar provecho del deterioro de la imagen de Twitter desde su compra por Musk, el año pasado, por 44.000 millones de dólares. La red del pajarito azul volvió a generar fuertes reacciones la semana pasada al restringir la lectura de tuits a 10.000 por día para las cuentas auditadas, por lo tanto de pago, a 1.000 para las demás e incluso a 500 para las cuentas nuevas. Límites máximos que ya fueron elevados dos veces en pocos días.
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El objetivo declarado es limitar el uso masivo de los datos de la red social por parte de terceros, especialmente las empresas que alimentan sus modelos de inteligencia artificial.
"Esto perturbaba el uso normal" de los usuarios de internet, según Musk, que también puso fin el día anterior a la posibilidad de ver tuits sin iniciar una sesión e identificarse.
Muchos usuarios se quejaron de que algunas características son inutilizables.
La red social anunció además el martes que dentro de un mes reservará su aplicación 'TweetDeck', muy utilizada por los profesionales de la información, a las cuentas auditadas, es decir de pago.
"La trayectoria de las plataformas fue construida sobre su capacidad de garantizar un servicio estable y fiable sin límites de utilización", destaca John Wihbey, profesor de la universidad de Northeastern (Estados Unidos). Lo que está ocurriendo es "un giro de 180 grados", subraya.