La brecha de la calidad educativa entre los colegios públicos y los privados del área metropolitana de Bucaramanga aumentó en el último año, generando preocupación entre padres de familia, docentes y directivas.
El promedio del porcentaje de estudiantes con un puntaje de 310 o más en las Pruebas Saber 11 para los colegios del área en los planteles privados fue del 48 %, mientras que el de los oficiales llegó al 24 %.
La diferencia se hace más notoria si se tiene en cuenta que en los cuatro municipios del área, en 2023 presentaron dicha prueba un total de 3.440 estudiantes del sector privado y 10.335 del sector público.
Al desagregar los promedios en Bucaramanga vemos que el porcentaje de buenos resultados de las instituciones privadas es del 49 %, frente al 27 % de las oficiales.
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Una situación similar se presenta en los municipios vecinos: en Floridablanca, la calidad educativa alcanza un 52 % en las instituciones privadas, en contraste con un 25 % en las públicas; en Girón, la diferencia es aún más marcada, con un 49 % en los colegios privados frente a un 19 % en los públicos; y en Piedecuesta, el sector privado logra un 34 %, mientras que el sector oficial se queda en un 21 %.
Pedro Luis Espinosa Beltrán, coordinador de la Mesa Nacional de Educación Privada, ratificó que “los datos comparativos de pruebas externas, disponibles en la página del Icfes, evidencian una significativa brecha en los resultados entre los dos tipos de formación”.
Esta disparidad, según Espinosa Beltrán, “debería motivar al gobierno a implementar un plan de acción no sólo para reducirla, sino también para establecer una nueva dinámica de calidad educativa en el sector público, emulando las mejores prácticas del sector privado”.
¿Qué dicen los expertos?
De acuerdo con el catedrático Gonzalo Ordóñez, “estos indicadores son muy graves, pues evidencian la distancia entre los dos tipos de educación, siendo Floridablanca el municipio en donde existe una mayor brecha”.
“Este fenómeno, que no es nuevo, ha cobrado mayor relevancia en los últimos años debido a las consecuencias de la pandemia y, sobre todo, a la falta de inversión en el sistema educativo público”, precisó el catedrático.
Según él, “no hay que olvidar que los estudiantes de los colegios públicos enfrentan retos significativos, como la escasez de recursos, la infraestructura deficiente y la falta de personal capacitado”.
A su turno, José David González Ferreira, directivo de un plantel en Bucaramanga, “otro de los principales factores que agravan esta situación es la desigual distribución de recursos”.
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Según argumentó, “los colegios privados, financiados por las matrículas y aportes de padres y patrocinadores, tienen la capacidad de invertir en infraestructura moderna, tecnología de última calidad y programas educativos innovadores. Por otro lado, los colegios públicos dependen en gran medida de los presupuestos asignados por el gobierno, los cuales son insuficientes para cubrir las necesidades básicas de muchas instituciones”.
Además, la pandemia del COVID-19 exacerbó esta distancia. Mientras que los colegios privados pudieron adaptarse rápidamente a la educación virtual, gracias a su acceso a tecnología y recursos, muchos colegios públicos lucharon por mantenerse a flote.
“La falta de acceso a dispositivos y una conexión a internet confiable dejó a muchos estudiantes de colegios públicos en desventaja, afectando su rendimiento académico”, argumentó.
“El panorama oficial es crítico. Tenemos aulas superpobladas, equipos de computación obsoletos y faltan materiales educativos. Hacemos lo que podemos, pero es difícil competir con los recursos y el apoyo que tienen los privados”, precisó un docente de Ciudad Norte, quien prefirió no revelar su identidad por posibles represalias del sector educativo oficial.
Por su parte, Juan Gómez, padre de familia, con dos hijos en un colegio privado en Floridablanca, reconoció las diferencias: “Preferí un colegio privado para mis niños porque quiero lo mejor para ellos. Tienen acceso a tecnología de punta, clases de inglés y actividades extracurriculares que no están disponibles en los colegios públicos”.
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Según la secretaria de Educación de Bucaramanga, Martha Cecilia Guarín, “a pesar del panorama desalentador, se están llevando a cabo diversas iniciativas para cerrar esta brecha”.
“El Municipio ha implementado programas de capacitación para docentes de colegios públicos y ha impulsado proyectos de infraestructura. Además, organizaciones no gubernamentales y empresas privadas han comenzado a colaborar con colegios públicos, proporcionando recursos y apoyo”, agregó.
Sin embargo, la ampliación de la brecha educativa entre colegios públicos y privados en el área metropolitana requiere atención urgente. Padres de familia, docentes y autoridades deben unirse para abogar por un sistema educativo más equitativo, donde todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades, sin importar su procedencia.
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