El dicho de que la pelea es peleando es lo que puso en práctica el gobierno de Gustavo Petro en el Congreso de la República, en donde quiere que le sea aprobada la reforma a la salud la cual se encuentra estancada en su discusión en la plenaria de la Cámara de Representantes.
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En la carta, firmada por el presidente por el presidente Petro y entre otros los ministros del Interior, Armando Benedetti y el de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, se menciona que los llamado a dar los mensajes de urgencia e insistencia se fundamentan en la Constitución Política y el reglamento del Congreso. Ambas figura son similares y lo que buscan es que se le de prioridad a la discusión de algún proyecto que sea de interés del gobierno nacional.
En el documento se lee que “el proyecto en mención tiene por objeto la transformación del Sistema General de Seguridad Social en Salud hacia un modelo basado en el aseguramiento social en salud y centrado en el marco de la atención primaria”.
Se menciona además al artículo 163 de la Constitución Política “el presidente de la República podrá solicitar trámite de urgencia para cualquier proyecto de ley. En tal caso, la respectiva Cámara deberá decidir sobre el mismo dentro del plazo de treinta días. Aun dentro de este lapso, la manifestación de urgencia puede repetirse en todas las etapas constitucionales del proyecto. Si el presidente insistiere en la urgencia, el proyecto tendrá prelación en el orden del día excluyendo la consideración de cualquier otro asunto, hasta tanto la respectiva cámara o comisión decida sobre él”.
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La sesión de ayer miércoles tan sólo comenzó de lleno a estudiar la reforma a la salud sobre las cinco de la tarde, en las horas anteriores la discusión se centró en las recusaciones que se radicaron el martes en contra de los partidos Liberal y de la U, como también a algunos representantes por separado de otros partidos.
El presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, informó que aunque en la sesión del día anterior dijo que se rechazaban dichas recusaciones, pero ante algunas dudas jurídicas prefirió enviar todas las recusaciones a la Comisión de Ética, que es la que deberá responder si son válidas esas peticiones con las cuales se busca frenar el voto de esos congresistas.
Algunos de los representantes de esos partidos anunciaron que se salían de la discusión hasta cuando la comisión determine la suerte de esas recusaciones. De la misma forma la plenaria de la Cámara negó una proposición que busca suspender el debate de la reforma hasta cuando se conozca el pronunciamiento de la Comisión de Ética.
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