Este día 27 de mayo, es trascendental en la historia política de Colombia, el reto planteado, es fortalecer la democracia como un todo, ante la crisis institucional que nos golpea inmisericordemente. De no ser así, se nos conduce irremediablemente al abismo. El acontecer lo deciden tanto el país político como el nacional, este es el dilema planteado para los colombianos el 27 de mayo del año en curso.
Atrevidos sectores que muchos años han causado y por su accionar, deslegitiman la política como el arte de gobernar y la sustituyen por la politiquería, pretenden seguir causándonos daños, propiciando una crisis institucional en todos los órdenes. Los partidos políticos en crisis han abandonado su razón de ser, sus principios y filosofías se desconocen, es la hora de rectificar, la ética y la moral son sustituidas, y en consecuencia se plantea una crisis de valores en la institucionalidad. Se impuso la corrupción como elemento fundamental de vivir de la patria, corrupción que permea todo el establecimiento. Gentes decentes que son la mayoría, se alejan del acontecer político y son sustituidos por quienes mucho daño han causado a nuestra martirizada Colombia.
Mi partido, el Liberal, se disputa el poder este 27 de mayo, con un excelente candidato el doctor Humberto de la Calle Lombana. No es el doctor de la Calle un improvisado en el quehacer político y en su haber jamás ha estado involucrado en hechos de corrupción. Ha prestado el doctor de la Calle invaluables servicios en la Administración Pública y ha sido un liberal de tiempo completo. Este solo concepto o elemento fortalece su aspiración y de ser elegido presidente, su gestión, es garantía en la conducción de una Colombia más Amable.
Como cucuteño y como liberal, fui uno de tantos, que con entusiasmo respaldó al doctor Juan Fernando Cristo Bustos en la consulta interna de nuestro partido, persona esta con suficientes méritos que merece un reconocimiento del país, y es una reserva moral y ética, orgullo de la causa liberal.
Sin mezquindad, con sentimiento patriótico, el Liberalismo y Colombia se merecen un presidente de la talla de Humberto de la Calle. Llamo a la reflexión no solamente a los liberales, fundamentalmente al país nacional a respaldar a quien seguro estoy es garantía de paz para todos los colombianos, paz que se conquista con buenos gobernantes, con inclusión social, desterrando la iniquidad y la injusticia, que hace rato muchas vidas nos ha costado.