Las últimas 48 horas han sido de revuelo y caos en los Santanderes. Las noticias más comentadas nos han dejado grandes lecciones si las miramos con atención. Por un lado, un tema que será motivo de análisis en otra columna: La necesidad urgente de depurar la política de las universidades públicas en el país. Por otro lado, la designación de Carrasquilla como Ministro de Ambiente Ad Hoc en un concepto que afecta la supervivencia del Páramo de Santurbán, y el cual genera una serie de reflexiones que quiero compartir en este espacio.
El Ministro que se apoderó de los bonos de agua (Alberto Carrasquilla), será el mismo encargado de emitir un concepto vinculante en el tema de la adjudicación de la licencia del proyecto minero en Soto Norte, de Minesa (Sociedad Minera de Santander). Luego de que Ricardo Lozano se declarara impedido y su declaración le fuese aceptada por el Consejo de Ministros, se determinó que el reemplazo más ideal sería Carrasquilla.
El concepto vinculante del Ministerio de Ambiente es fundamental en un proceso de licenciamiento para un proyecto minero, sobre todo para un proyecto que ha sido fuertemente rechazado por la ciudadanía en Bucaramanga y Santander, por los riesgos de afectar los recursos hídricos del Páramo de Santurbán.
Una completa equivocación que no parece verdad, y hasta da la impresión de ser una broma del Ejecutivo. Pero la ironía no termina ahí. El caso del proyecto de Minesa se vuelve más interesante si revisamos quiénes reaccionaron ante el tema. El Senador Antonio Sanguino, del Partido Verde, fue uno de ellos. Ante la designación, afirmó: “Es como mandar a un pirómano a apagar un incendio”. El senador del Verde que avaló a Silvano Serrano, -candidato, que, dicho sea de paso, está siendo investigado por hechos de corrupción-, se muestra ofendido e indignado con la determinación del Consejo de Ministros.
La maja broma continúa: El Ministro Ricardo Lozano también se declaró impedido en otras áreas, como en lo referido a Carbones de Cerrejón Limited y el proyecto de desviación del Arroyo Bruno en La Guajira. Para estos temas, lo reemplazará Jonathan Malagón, Ministro de Vivienda. Eso quiere decir que en los momentos importantes donde se necesita también mano firme (no sólo en la seguridad), el jefe de la cartera se niega, por tecnicismos y arandelas jurídicas, a participar en las temáticas de su competencia.
Con este panorama, vale la pena preguntarse: ¿De qué sirve tener un Ministro jugado con ciertos temas, si es otro el que va a tomar las decisiones? Pues de lo mismo que sirve poner a un ratón a cuidar del queso, de nada. Por eso, como ciudadanos, debemos plantear una revisión seria ante los casos de impedimentos, tanto a nivel jurídico como ético, sobre todo, aquellos relacionados con decisiones que comprometen el futuro de miles de personas.
Valdría la pena que los ciudadanos, aunque estamos enfocados en el tema electoral en este momento, nos tomáramos el tiempo de reflexionar sobre los asuntos que como santandereanos, del norte y del sur, nos competen, y sobre las implicaciones de ciertas noticias que dejan de serlo antes de 48 horas, a pesar de que los efectos permanentes que conllevan.