Amables lectores: ¿quién será el próximo presidente de Colombia? 26 colombianos aspiran a esa posición que adelgaza y envejece a quien la ocupa. Existen en esa baraja candidatos de todos los colores y sexos. Los hay rojos, azules, verdes y blancos. Compiten candidatos de entre 40 y 50 años contra mayores de 60. Hay de todos los departamentos: nortesantanderanos, antioqueños, caldenses, bogotanos y caucanos.
En fin, una amalgama nacional. Todos manejan, en su afán de captar votos, el argumento de defender la paz por encima de todo. Esto es demagogia pura al no existir un real convencimiento de la sinceridad y arrepentimiento de los miembros de la otra orilla quienes por muchos años con sus actuaciones han creado desconfianza en el pueblo colombiano. Las herramientas que estos han utilizado para su financiación, secuestro, boleteo y narcotráfico, no son las mejores para producir credibilidad. ¿Quién puede creer en individuos que sin ningún recato realizan un homenaje en memoria del Mono Jojoy, personaje nefasto por sus acciones criminales causantes de dolor en muchas viudas y huérfanos colombianos?.
Nadie tiene la capacidad de acertar dentro de estos 26 con el nombre de quien será ungido en el 2018 para desempeñar el primer cargo de la Nación. Ni acudiendo a la quiromancia, que según la Real Academia de la Lengua Española consiste en una supuesta adivinación por las rayas de las manos de cada candidato. Tampoco adivinaremos acudiendo a la famosa pitonisa colombiana residente en los Ángeles que adivinó la muerte del famoso cantante mexicano Juan Gabriel y que vaticinó el triunfo de Trump sobre la señora Hilary Clinton para las elecciones de presidente de los Estados Unidos.
Que bueno fuera poseer la habilidad de la adivinación para tener o no certeza si el gobierno nacional ayudará al Hospital Erasmo Meoz en la gravísima crisis económica que vive actualmente por prestar atención médica a pacientes venezolanos.
Ahora bien, hagamos un rápido análisis de los principales nombres de este amplio listado de candidatos, siguiendo las pautas de los columnistas María Isabel Rueda y Abelardo de la Espriella: (i) Humberto de la Calle, parece imposible que pierda su nominación con Juan Fernando Cristo para la candidatura a la presidencia, teniendo en cuenta todos los elogios y aplausos que se le hicieron después de su actuación como negociador de paz en la Habana; (ii) Gustavo Petro, Bogotá es su fortín político pero pocos votos en el resto del país.
Es un individuo lleno de odios y complejos que deberá superar si quiere tener éxito electoral; (iii) Sergio Fajardo, con investigaciones disciplinarias y fiscales en curso por extraños manejos cuando estuvo al frente de la Gobernación de Antioquia. Igual sucede con Petro por algunas actuaciones siendo alcalde de Bogotá. (iv) Claudia López, como afirma De La Espriella, recurre casi siempre a la ordinariez, como su fórmula preferida de expresión y con su tendencia izquierdista piensa poder arrasar con todos.
Me niego a aceptar que algunos de los candidatos analizados llegue a la Presidencia de la República.