Todo parece indicar que a la madre naturaleza se le salieron de las manos El Niño y La Niña, pues se convirtieron en verdaderos fenómenos con un poder destructivo de incalculables consecuencias.
En lo corrido de este siglo el fenómeno de El Niño se ha presentado en cinco ocasiones y el de La Niña en seis oportunidades, casi siempre primero El y luego Ella.
Por esto, mientras aún aguantamos el fuerte calor, las sequías y la muerte de seres humanos y animales, ya se habla de la llegada de las fuertes lluvias que vendrán a lavar los rastros de los daños del fenómeno que aún nos azota.
La situación se agrava, pues pese a los estragos causados por la presencia de estos fenómenos en años anteriores, nada quedo como experiencia en la mente de los dirigentes de este país.
Lo único que se sabe es que las partidas asignadas para construir las defensas de protección desaparecieron, probablemente se evaporaron con el calor o las corrientes de agua se las llevaron.
Los devastadores efectos de El Niño de 2016 son comparables con los de 1992, los cuales quedaron grabados en la memoria de los colombianos por la grave crisis energética registrada con cortes turnados de energía en todo el país. Bogotá registró apagones hasta de 9 horas y en San Andrés y Providencia hasta de 18 horas, por solo citar dos casos.
Como alternativa ante la grave crisis energética, se adelantó la hora nacional. Todavía recordamos aquel primero de mayo de 1992, cuando a las 11.59 de la noche el ministro de Comercio Exterior, Juan Manuel Santos, con cara sonriente hundió las teclas del reloj para hacer aparecer en el tablero, como por arte de magia, la una de la mañana del 2 de mayo. Este cambio generó la conocida hora Gaviria, la cual nos permitió alcanzar a Venezuela que nos llevaba una hora de diferencia.
Hoy, 24 años después, estamos a punto de volver a vivir tan duros momentos. Según el director ejecutivo de La Federación Nacional de Departamentos, Amilkar Acosta, y los directivos de la Operadora del Mercado Eléctrico-XM, entre marzo y mayo podría iniciarse el racionamiento, Si la capacidad de los embalses, que en febrero estaban en 30 por ciento, baja a 20 o menos. Pero de acuerdo a las respuestas de algunos altos funcionarios del Estado, no hay motivos para ser tan pesimistas
Sin embargo, como medida de precaución, el gobierno ha anunciado la compra de electricidad a Ecuador y de gas a Venezuela. Así mismo, se adelanta una campaña en pro del ahorro de agua y electricidad.
De darse el corte de los servicios, los cucuteños batiremos un record, pues tendremos pico y placa para: vehículos, gasolina, agua, electricidad y, como van las cosas, probablemente para el gas.