Recibimos un año nuevo lleno de expectativas múltiples. En el campo laboral el nivel de desempleo inicia con una tasa de 7.3 por ciento, el más bajó en los últimos 15 años. Sin embargo, los trabajadores han anunciado protestas como rechazo al nuevo salario mínimo ($689.454), equivalente a 219 dólares, por considerarlo injusto ante la subida del precio de la gasolina a partir de este sábado y la probable alza de impuestos anunciada por el gobierno, incluyendo la aplicación del IVA a algunos alimentos.
En lo climático, la NASA advirtió sobre los peligros del fenómeno del Niño, con efectos similares al de 1997, considerado el peor de la historia. Esta situación llevó al presidente Juan Manuel Santos a declarar la alerta roja en 23 departamentos, para hacer frente a la sequía de muchos ríos y los bajos niveles históricos del Magdalena y el Cauca.
Es muy probable que haya racionamientos del preciado líquido y de la energía eléctrica, por esto, el primer mandatario pidió a los nuevos gobernadores y alcaldes, actuar con celeridad mediante la implementación de planes de contingencia. Según la Dirección Nacional de Bomberos (DNB) los recursos para hacer frente a los fenómenos climáticos son deficientes, pues 458 municipios no tienen servicio de cuerpo de bomberos y de 100.000 bomberos que se necesitan, el país apenas cuenta con 22.000.
La incertidumbre sobre lo que pueda pasar en Venezuela a partir del 5 de enero, cuando se posesione la nueva Asamblea, cada día genera mayor preocupación, especialmente en las zonas de frontera, por las consecuencias que se puedan derivar de una confrontación por el rechazo de la oposición a las medidas consideradas anticonstitucionales tomadas por Maduro a última hora.
Por la cercanía y el intercambio durante tantos años con la hermana república, los cucuteños nos hemos acostumbrado a las colas que allí a diario se muestran a través de los diferentes medios. En Cúcuta las filas de ciudadanos para reclamar los giros que llegaban de la hermana República Bolivariana, han sido reemplazadas por las colas hasta de doscientas personas a pleno sol para llegar a un cajero verde y tras múltiples intentos poder acceder a los deseados recursos. Las colas en los puentes internacionales de carros que llegaban y salían de Cúcuta en busca de productos, han sido reemplazadas por cientos de ciudadanos que a pie tratan de cruzar la frontera en ambas direcciones para reunirse con sus familiares. Los cientos de vehículos que esperaban turno en los surtidores de gasolina en San Antonio y Ureña, ahora hacen parte de las colas que esperan turno para comprar gasolina subsidiada en las bombas de Cúcuta, Los Patios y el Zulia. Y si no se toman medidas rápidas y eficaces como, revisar los contadores y castigar a quienes malgasten el agua, es muy probable ver en poco tiempo a cientos de personas esperando turno con vasija en mano para recibir el agua que repartan los tanques asignados para tal fin.
Este año bisiesto será una dura prueba en donde solamente trabajando unidos en pos de buenos propósitos lograremos salir bien librados.