Otro año que se le va al mundo con la esperanza de que lograría superar la pandemia y Europa ya va en nuevo confinamiento, algunos países nuevamente con zonas cerradas como Austria y Holanda, ya con una cuarta dosis y con una variante nueva, el Ómicron, que tiene un nivel de contagio rápido y asusta. El mundo termina con una confrontación ética y filosófica, entre los que se vacunan y los que no. En ese debate del lado de la ciencia, las cifras son significativas: hoy en el mundo han muerto 5 millones de personas, mientras la gripa española de 1.918, sin vacunas, mató más de 60 millones. En Colombia, antes del terminar el 2021, hay dos noticias relevantes, una en la economía y la otra en política.
En economía, hay que destacar lo que señala la revista The Economist de la última semana, según la cual Colombia es el país que entre 100 naciones tuvo una mayor reactivación, el primer lugar, superando a Hong Kong en el sexto lugar, México de séptimo, Francia de noveno. De alguna manera sorprende esa noticia por lo positiva, y por tratarse de una medición mundial.
En política, este fue un año que como era de esperarse, una gran actividad política hacia las elecciones del próximo año, y ahora con más expectativas por el reciente triunfo en Chile del líder estudiantil Gabriel Boric. Este año termina con una realidad política evidente: el único candidato definido es Petro, mientras el centro e incluso a la derecha, se les fue el 21 tratando de definir su candidato, pero los egos y vanidades y la gran cantidad de candidatos no lo permitieron, lo que hace que sea un gran error político, pues esa indefinición beneficia a Petro.
Finalizando año, de todos modos termina con un gran interrogante electoral: ¿hasta dónde Alex Char quien en 28 días recogió 2.5 firmas, podrían llegar a posicionarlo como una opción presidencial probable? Esas 2.5 millones de firmas marcan una realidad electoral, muestran un camino probable y para nada descartable. En estos días de análisis y cálculos, al lado de un árbol de navidad y con un whisky entre las manos, la familia Char debe estar haciendo ese cálculo. ¿Cómo empezar el 22 con un Alex, quien hizo una buena alcaldía y de ahí la cantidad de firmas – Peñalosa no lo logró -, a mostrarlo al país como un presidenciable que podría derrotar a Petro? Esa será una de las grandes apuestas del 22. El 21 termina con un candidato que ya no llegará a la presidencia, que creó una expectativa de apenas dos meses, que se desinfló, Alejandro Gaviria, quien aspiraba en diciembre a tener una favorabilidad entre el 12 y 15 por ciento y hoy no marca ni el 2. Por ahí no hay presidente. De otro lado, por estos días tomándo
me un café con el hermano de Luis Carlos Galán, me daba un dato interesante: Petro ya llegó al “techo electoral”, cercano al 26%. Es cierto. América Latina y el mundo estarán pendientes de las elecciones en Brasil y Colombia, especialmente por lo que ha sucedido en Chile y Perú.
Por Cúcuta, el 22 será un año para empezar a pensar hacia el siguiente año en un alcalde competente y que de verdad entienda los problemas de la ciudad. La situación de la ciudad es crítica que si bien se trata de un problema nacional, los análisis de los últimos días en los que se señala que las disidencias están en un propósito de “Cercar a Cúcuta”, que vienen hacia el Catatumbo guerrilla desde el sur de Bolívar y otras que vienen de Arauca, mientras Cúcuta recibe todo ese impacto, nos deben llevar a un liderazgo serio para la frontera. En el 22 deberíamos empezar aquí en la frontera a invitar a los candidatos a hablar de ella, a comprometerse, a asumir retos y compromisos. La frontera debe abrirse razonablemente con el próximo presidente. Feliz año.
