Literalmente eso fue lo que sucedió en una vereda del departamento del Cauca, cuando un grupo de desadaptados emboscó una patrulla de soldados del Ejército Nacional, ultimando a seis de ellos e hiriendo gravemente a un número similar. El rechazo que despierta en la opinión pública, lo genera la forma en que fueron masacrados los uniformados, sin posibilidades de defenderse. No fue una batalla frontal, fue una masacre repudiable desde todo punto de vista.
Las víctimas fueron jóvenes, soldados regulares que se encontraban prestando el servicio militar obligatorio, todos como es sabido, de estratos bajos.
El presidente Petro reaccionó prontamente, trasladándose a la zona del desastre, anunciado acciones militares contundentes contra los responsables del sangriento hecho, complementando con instrucciones a los comandantes de las brigadas del ejército, de que no se enviara a zonas de conflicto a jóvenes inexpertos que sirvieran de carne de cañón.
Es una verdad de a puño, que los que prestan el servicio militar obligatorio, en su mayoría, son gente humilde que no tiene como pagar la libreta.
Por lo menos el presidente reaccionó y dio unas instrucciones concretas, contrario a sus antecesores Duque, Santos y Uribe, por mencionar los más recientes, no impartieron una orden similar y casi ni se inmutaron cuando en sus mandatos acontecieron hechos similares.
Traigo a colación, una idea que le sugerí hace como un año larguito a un senador nortesantandereano amigo, invitándolo a tramitar un proyecto de ley donde se implementara el servicio social como sustitutivo del servicio militar obligatorio a elección del postulante. Le indicaba que podrían prestar servicio, de bomberos voluntarios, defensa civil, alfabetización, agentes para dirigir el tránsito en las capitales, promotores de cultura ciudadana, etc. etc. Conclusión, no me paró el más mínimo de bolas.
Ahora, en la ley de orden público que se tramita en el congreso como reforma constitucional, se incluyó un articulado donde se implementa el servicio social para la paz, dando oportunidad para elegir entre prestar el servicio social o el servicio militar. La senadora María Fernanda Cabal vocera del Centro Democrático, respirando patriotismo por todos los poros de su piel, se opuso, en compañía de otros senadores en primer debate, excluyéndose del articulado lo referente al servicio social, argumentando que se necesitaba era que empuñaran las armas en defensa de la patria. Le preguntamos a la honorable senadora: ¿cuántos de sus hijos ya adultos, prestaron efectivamente el servicio militar?
Afortunadamente, si se logra, la Cámara de Representantes rescató el articulado para ser discutido y en caso de ser aprobado, iría a conciliación con el Senado. Buen viento y buena mar.