Es la propuesta de uno de los candidatos a la Alcaldía de Cúcuta, la ciudadela de Atalaya independiente del municipio de Cúcuta.
La propuesta en sí podría causar un fervor inusitado en los habitantes de tan populoso sector próximos a las elecciones locales del mes de octubre.
Entre otras cosas, no es una iniciativa nueva, esa idea ha sido expuesta en diferentes oportunidades precisamente por el jefe político del ahora aspirante al primer cargo municipal.
El ahora aspirante al igual que su jefe en su oportunidad en ningún momento han presentado un estudio juicioso sobre la viabilidad de la transformación que garantice al nuevo ente territorial un desarrollo económico que mejore sustancialmente la calidad de vida de los habitantes.
Vender la idea del sistema general de participaciones como panacea sería un sofisma del que en un próximo futuro los electores, al igual que en su momento los de las casas en el aire, se verían frustrados.
Los recursos girados por la Nación son de destinación específica para salud, educación, agua potable y propósito general que siempre se encuentra en déficit.
No pienso criticar las diferentes propuestas de los candidatos, pero si no van acompañadas de estudios serios que indiquen el cómo, el por qué y para qué, les haremos algunos reparos.
Los recursos propios que generan los municipios de sexta categoría, que es donde ubicarían a Atalaya por sus ingresos alcanzan escasamente para el tren burocrático y los gastos de funcionamiento, no quedando absolutamente nada para inversión.
Esos municipios, los de cuarta, quinta y sexta cada vez más pobres crean una emigración de sus habitantes hacia las ciudades capitales.
Se deben fortalecer las grandes ciudades, no debilitarlas y en nuestro caso más bien trabajar para que la nuestra la conviertan en un Distrito Fronterizo.
No se va entender que un alcalde elegido, pretenda gestionar ante la Asamblea Departamental la creación de un nuevo municipio cercenando precisamente el territorio del cual es su burgomaestre, llevándolo a una descategorización del mismo, que empeoraría más la situación económica de la capital.
Seguramente, sería entendible, sí los amigos de la propuesta ya hicieron sus cálculos financieros y determinaron que lo que se recauda por impuestos en el sector de Atalaya no compensa la inversión que se viene haciendo en la misma y les parezca más cómodo reducir gastos amputando la identidad cultural y una parte de la historia de Cúcuta.
Esperamos en los próximos días que la propuesta de independizar a la ciudadela de Atalaya del municipio de Cúcuta sea redondeada con cifras reales que nos permitan evidenciar que con ese paso se presentará un gana-gana. Gana el nuevo municipio y gana Cúcuta. Solo así, defenderemos la misma.
