Los productos insignias de Colombia han estado muy de buenas en los mercados internacionales, en donde las cotizaciones han superado todos los pronósticos, lo que conlleva para el país la llegada de cuantiosos recursos adicionales, con los que no se contaba dentro de los presupuestos establecidos.
En el caso del petróleo, el precio rompe la barrera de los 80 dólares el barril debido al incremento del consumo por parte de la comunidad mundial, en el sentido en que la economía retoma su ritmo y avanza a pasos muy firmes en la mayoría de países consumidores, hasta el punto que la misma Opep calcula que muy pronto el precio estará por encima de los 104 dólares el barril.
La noticia es muy importante para Colombia, pues por cada dólar que suba el precio, se estima que recibe 130 millones de dólares adicionales.
Y en cuanto al café, el precio está rompiendo la barrera de los dos dólares la libra, muy por encima de los 1,20 esperado para este año.
Eso quiere decir que las arcas del Estado se verán robustecidas por estos significativos ingresos, y sería bueno que, a estas alturas, cuando el año entra en su recta final, se hablara claro por parte de las autoridades monetarias del país, para que se diga con franqueza cuánto se recibirá por estos conceptos, y en qué van a ser invertidos esos recursos.
Colombia ha quedado fuertemente afectada por la pandemia, y entre todas las necesidades generadas, es bueno que se establezcan prioridades de inversión. Los sectores mas débiles deben estar a la cabeza de esta lista a la hora de fijar la repartición de los recursos. Nuestra economía requiere motores, pero los rezagados por la pandemia, me refiero a esos millones de colombianos que quedaron sin empleo y a todos aquellos que su condición de vida los llevó a extremos conmovedores, deben ser los receptores prioritarios de estos recursos.
Pero también habrá incremento en el renglón de las regalías, en donde dicho sea de paso existen en las arcas del ministerio de Hacienda $24 billones sin invertir, a lo que se debe sumar todo este ingreso nuevo del mayor valor del petróleo. Esa pereza en la inversión golpea muy duro a los colombianos, pues el clamor de recursos es notorio en todo el territorio nacional, que demanda presupuestos para ejecutar obras y emprender beneficios para las comunidades necesitadas.
El Departamento Nacional de Planeación, no puede seguir tolerando este escenario y debe apelar a la creatividad y a las prácticas del buen gobierno, para que sea posible diseñar proyectos que permitan invertir los dineros recaudados.
Que paradoja: un país lleno de necesidades, y unos recursos durmiendo, porque no hay proyectos para poderlos invertir.