'El depredador' fue una famosa película norteamericana de los años 80 con Arnold Schwarzenegger en la que su argumento era la caza de un gran y peligroso depredador en un país de América Central, que lo devastaba y generaba daños irreversibles y para ello algún gobierno creó un grupo élite especial. 

Fue una película de ficción que en el año 1.988 llegó incluso a ganar el premio de cine como mejor película. 

Ahora para rescatar el río Pamplonita que está cerca de morir y que nos tiene al borde de un racionamiento de agua, debemos como en la película emprender de manera urgente una acción inicialmente contra cinco depredadores que han construido barreras para desviar inescrupulosamente el curso del agua en beneficio propio, y que ya tienen en riesgo a la ciudad y al departamento. 

La diferencia con la película es que aquí no se trata de ficción sino de una grave emergencia, de una realidad.

El tema no es de poca monta. Según las primeras informaciones, esos cinco desvíos ilegales hoy en día llegan a captar alrededor de 1.000 litros por segundo, que hablando con un experto ambientalista, es un gran desvío de agua, y que según su versión, podría llegar a abastecer de agua a una ciudad intermedia. 

Luego estamos en presencia de desvíos ilegales de agua muy graves y de ahí surgen interrogantes: ¿hasta dónde Corponor está enterada de la gravedad y magnitud de estos desvíos? ¿En su momento les otorgó a esos cinco particulares alguna concesión? 

De ser así, ¿cuáles eran los términos de la concesión? ¿Les ha hecho algún requerimiento o iniciado algún procedimiento sancionatorio? 

Frecuentemente los periodistas y columnistas denunciamos en los medios de comunicación los excesos en que en ocasiones pueden llegar a incurrir algunos servidores públicos, pero en el caso del río Pamplonita, que así como va, pronto pueda convertirse en un río de arena como casi de manera apocalíptica lo muestran las imágenes de este medio de comunicación, que si bien se trata de una negligencia ambiental nuestra que no es nueva, viene de años atrás, pero que ahora, que al menos se identifican 5 grandes desvíos descomunales, con unas captaciones desbordadas en beneficio propio, inescrupulosas e inmorales,  y que por cuenta de ello Cúcuta ya está al borde de un racionamiento de agua, mejor dicho, a las próximas generaciones no le vamos a dejar como vamos hoy ni alcalde, ni gobernador y ahora ni río. 

Para decirlo en nuestros propios términos, los cucuteños que nos preciamos de nuestra franqueza, de asumir los asuntos de forma directa ni desparpajo, pero hoy tenemos que lamentar que lo que sucede con la política regional y el río Pamplonita es vergonzoso; muestra nuestra ineptitud y desprecio por los temas públicos. 

En este tema, al menos debemos conocer y seguir el ejemplo de lo que sucediera en la Guajira con el río Ranchería, en donde una comunidad indígena se enfrentó a un gigante como era el Cerrejón, y que en algún momento para la explotación de carbón trató de desviar el curso del río en beneficio del carbón, y la oposición indígena evitó ese daño.   

Lo mínimo que por lo menos debiéramos conocer los habitantes de Cúcuta por estos días, es conocer ¿quiénes son esos 5 depredadores?, ¿qué concesión les fue otorgada? ¿Qué afectación le están generando al caudal del río Pamplonita? ¿Qué sanciones se han tomado? Porque de lo contrario, como lo escribía antes, así como vamos a las futuras generaciones no les vamos a dejar ni alcalde, ni gobernador, y ahora ni río.