Amables Lectores: Normalmente en los primeros días del mes de enero, escuchamos los pronósticos o cábalas, que hacen los clarividentes, acerca de personajes o acontecimientos globales, regionales y locales que probablemente sucederán a lo largo del naciente año. Así las cosas, decidí colocarme un turbante con unos buenos binoculares sin aumento y  mi propia bola de cristal para mirar al futuro y halarle a la adivinación: En la bola mágica pude ver que en el año 2019, las principales calles de Cúcuta tendrán gran congestión vehicular, no por la llegada de turistas venezolanos porque la frontera seguirá cerrada, sino por los bellos adornos que lucirán las vías con una multiplicidad de enormes huecos que simularán con éxito, ser cráteres de volcán.

El nuevo puente llamado: “El Gocho-Benito Hernández” se quedará esperando a que San Juan agache el dedo, para su programación quirúrgica de injerto de orejas.

En la avenida Gran Colombia se iniciarán formalmente los trabajos de la ciclorruta o vía de “La dolorosa” llamada así por las dificultades y sufrimientos a que se someterá a los cucuteños, por parte de la administración municipal, con las facturas de los múltiples y generosos impuestos, que luego se dilapidarán en esa absurda y no prioritaria obra.

En materia de política regional y local, vemos en nuestra bola de cristal, como ganadores en las futuras elecciones para la Gobernación y alcaldías a los candidatos con “mayor músculo financiero” y excelentes habilidades mercantiles que les permite realizar con éxito la compraventa de votos y Norte de Santander  y su ciudad capital continuarán sin norte.

Con mis binoculares futuristas puedo apreciar el inagotable flujo de migrantes venezolanos de un lado a otro de los puentes fronterizos y de las múltiples trochas, quienes como hormigas transitan en busca de un mendrugo.

Este gran volumen de personas seguirá siendo alimentado por la mano, permanentemente extendida, de la Diócesis de Cúcuta y todos sus feligreses que con desprendimiento ayudan a esta labor.

También podemos avizorar en el 2019 la multiplicación de vendedores ambulantes en un permanente rebusque, sin orden y sin ley. Entre esta multitud se camuflan mañosos delincuentes que pescan en rio revuelto. Con mis habilidades futurológicas avizoro las costosas cámaras de seguridad instaladas en diversos puntos de la ciudad y que operan como “ojos ciegos” o sea “nada que ver” en pro de la seguridad ciudadana y con un altísimo porcentaje de ellas “fuera de servicio” por falta de mantenimiento.

En la rama ejecutiva y con la ayuda de mi bola de cristal alcanzo a ver al presidente Duque ganando el concurso: “yo me llamo” en el 2019 por su sapienza como cantante virtuoso, entrenado permanentemente por  Maluma.

En la Rama Legislativa se proyectarán en las pantallas del teatro llamado “Congreso de la República de Colombia” las últimas producciones de ejemplarizantes videos sobre moral y ética pública. Finalmente, en la Rama Judicial continuaremos viendo algunos jueces, por fortuna muy pocos, con manos no limpias creando fallos absurdos jurídicamente, según parece, sus universidades los formaron como cómplices y no como administradores idóneos de justicia.

En términos generales los medios de comunicación seguirán divulgando escándalos tras escándalos de corrupción en los diferentes estamentos públicos y el tema Odebrecht seguirá siendo “la novedad”.