Creo que mucho de lo que se va a decidir hoy cae en eso, en votar preguntas que no son claras, otras que ya están en nuestra legislación, otras innecesarias, y algunas que si bien es cierto tienen buenas intenciones, lo cierto es que están muy lejos de acabar con la corrupción. 

Sé que la consulta de hoy está bien intencionada en tratar de acabar con uno de los fenómenos más graves de los últimos años en el país, y es incuestionable que no resulta nada fácil de un tajo acabar de un día para otro con el cáncer de la corrupción en Colombia. 

No en vano existen en nuestro imaginario dos frases que mejor no lo pueden resumir: la del ex presidente Turbay “La corrupción hay que ajustarla a sus justas proporciones”, y la de un exsenador del Valle: “Una alcaldía da más dinero que un embarque de coca”.

El día jueves asistía en Bogotá a una excelente exposición de pinturas sobre urbanismo, y además de los excelentes cuadros, lo mejor fueron las palabras finales del artista: “el primer proyecto de metro que se hizo para la capital se diseñó hace 71 años”. 

Y ni se diga cuánto dinero se habrán invertido en estudios, proyectos y análisis y han pasado 7 décadas y nada. 

Señalaba por estos días un hermoso elefante blanco que también tenemos por aquí, la terminal de transportes, que entiendo fácilmente llevamos más de 12 años invirtiendo, y ahora en el concejo quedó claro que ese no era el sitio para la terminal que necesita Cúcuta. Dinero a la basura.

Hoy votaré por la consulta casi que como una voz de protesta a la corrupción, aunque dudo por ejemplo que bajarles el sueldo a los congresistas sea una forma de acabar con la misma. 

Es una pregunta mal planteada, porque es como asegurar que en el país existe corrupción porque los congresistas ganan 30 millones al mes. 

Es simplista e ingenuo el planteamiento. El interrogante de la limitación del período de los congresistas a no más de 3, va en el mismo sentido. 

No me imagino por ejemplo a un senador como el mismo Petro, que entre más tiempo esté en el Congreso, esa situación por sí misma lo haga propenso a ser corrupto.

Entre los múltiples debates que ha habido por estos días sobre el tema de la corrupción, no deja de sorprenderme que se deje de lado uno de los fenómenos que definitivamente se ha convertido desafortunadamente, en algunas regiones, en el verdadero detonante de la corrupción: las elecciones populares a alcaldías y gobernaciones, insisto en algunas regiones del país. 

Saber por ejemplo que en Cartagena en los últimos 10 años ha habido cerca de 10 alcaldes, o tener presente todo lo que ha sucedido en la Guajira, Córdoba, Tumaco, y lastimosamente ahí clasificamos incluso nosotros, muestra que para atacar el problema se requieren medidas de mucho más fondo. 

El dato que diera en su estudio la Universidad Externado de Colombia de que el 91% de los empresarios del país creen que si no hay sobornos las cosas no funcionan, lo dicen todo.       

En fin, dejando claro que se trata de un mal que no solo nos concierne, sino que es una pandemia que tiene casi en alarma a América Latina, continente en donde 3 ex presidentes peruanos están  presos, Lula en la cárcel, orden de interpol a Correa, el senado argentino que aprobó allanar la residencia de Cristina Fernández, la comedia nicaragüense, muestran que uno de los líderes más carismáticos que ha tenido este continente en los últimos años sin duda que fue Pepe Mojica. En fin, hay que votar porque hoy no debería quedar ese mensaje de que Colombia prefiere la corrupción, pero tan mal planteadas las preguntas de la consulta, es mejor no hacerse muchas ilusiones.