Primer torneo del año y sin equipo. Sí, es verdad, aunque pareciera mentira, hace tan solo una década, los cucuteños estábamos celebrando el triunfo de nuestro doblemente glorioso Cúcuta Deportivo, no solo habíamos ascendido, también éramos campeones de la A y jugamos Copa Libertadores. ¿Quién lo diría? Todo empezó a desplomarse al pasar los años, cada vez el equipo fue a menos, pero aun así, los cucuteños una hinchada fiel seguían asistiendo cada domingo al Estadio General Santander para ver jugar al Cúcuta Deportivo, también he de decir, que muchos tiraron la toalla y no volvieron. Sin embargo, otros continuaron creyendo en el sueño de volver a ser grandes. ¿Qué ha pasado? Un club con muchas deudas y un balance financiero con números en rojo. Con esta situación, el equipo entró en cola para ser liquidado, con un pasivo reestructurable de 8.837 millones de pesos a diciembre de 2015. Por eso, actualmente, estamos en reorganización. Además del rifirrafe entre la administración municipal y departamental con el mayor accionista del club, quien afirmó que, al club lo habían sacado del Estadio General Santander, mientras que la administración se demostró dispuesta a colaborar, para que el club regrese a la ciudad, aunque afirmó, que los tratos con el mayor accionista del club no eran buenos y no tenía intención de negociar.
Para el 2017, se convocó asamblea general de socios para finales de marzo, sin embargo, no se pudo llevar a cabo porque los socios del club alegaron que no habían podido consultar los libros de la entidad. Por esta razón, se reprogramó para junio del año en curso, asamblea que se llevó a cabo, donde se nombró junta directiva y el presidente del club indicó, que el Cúcuta Deportivo, había sido bien acogido en Zipaquirá, donde actualmente juega y que no volvería a la ciudad porque había contratos de arrendamiento para la plantilla y el cuerpo técnico en Cajicá y un convenio con balance aceptable con la Alcaldía de Zipaquirá. Aun así, dijo, que el club no está en venta.
Futbolísticamente, los motilones, lejos de casa, de su afición y del calor de Cúcuta, entrenan y juegan a más metros de altura y en la fría sabana. Allí, en tierras lejanas lograron llegar a las semifinales del Torneo Águila 1-2017, quedándose a puertas del ascenso. Así que de este lado, el equipo está respondiendo, se mantiene con gran campaña y con posibilidades de alcanzar el anhelado ascenso en el Torneo Águila 2-2017. A ver, si esto sirve de algo.
En cuanto, a formar o traer un equipo nuevo, han sido muchas las especulaciones. Lo único cierto es que el nuevo equipo debe ser una entidad creada, de acuerdo, a Derecho colombiano, por ejemplo, a través de una Sociedad Anónima y luego inscribirse en la Dimayor para poder participar en las competiciones oficiales. El proceso en la Dimayor es el siguiente, primero hay que constituirse como club de fútbol profesional, con reconocimiento deportivo estatal, segundo; solicitar a la Asamblea General mediante formulario oficial la afiliación. Además ser aceptado por la Asamblea y tercero; pagar las cuotas de afiliación de acuerdo a la clase; para clase A son 7.377.170.000 millones de pesos y para clase B son 4.057.443.500, que se pagarán al momento de la aprobación por parte de la Asamblea. Finalmente, los estatutos de la Dimayor nos dicen que no se puede autorizar a un club que su equipo sea local en la sede deportiva de la ciudad o departamento que represente otro club afiliado, salvo que se tenga autorización. Aquí diremos que, entendemos que cuando se habla de sede deportiva, se habla de estadio y por lo visto la sede deportiva del Cúcuta, ya no es el General Santander, sin embargo, el Cúcuta Deportivo, en nuestro concepto sigue representando a todos los nortesantandereanos y cucuteños por obvias razones, además su sede social sigue siendo Cúcuta.
¡Hombre!, Cúcuta es una ciudad futbolera por excelencia, a los cucuteños nos gusta el fútbol, extrañamos a nuestro club, nos gusta ir al estadio, nos sentimos identificados con una camiseta, un escudo, una bandera y nuestras barras. Por estas razones, necesitamos a nuestro club de vuelta o un nuevo club donde fijar nuestras ilusiones, nuestros sentimientos y porque no, volver a pensar en el sueño de ser campeones de la Libertadores.