Amables lectores: Como buenos ciudadanos y padres abnegados preocupados por el desarrollo integral de nuestros hijos, miremos qué está sucediendo con el manejo de nuestra niña bonita: “La economía Colombiana”.
Hoy los síntomas de la gravedad de la desaceleración de la economía son evidentes: Decrecen las ventas de viviendas, de vehículos, de los alimentos básicos de la canasta familiar, de artículos para el hogar y vestuario. La industria disminuye su producción. Los constructores tramitan menos licencias, la cartera bancaria disminuye y lo más grave crece el porcentaje de vencida. En resumen se ha frenado el consumo.
El próximo gobierno tendrá grandes retos. En lo económico debe recuperar la confianza de los inversionistas y consumidores. Garantizar el equilibrio fiscal haciendo más competitiva y productiva nuestra economía. La confianza en las instituciones es una condición indispensable para recuperar la inversión y lograr un crecimiento económico sostenible y no depender de algún factor coyuntural como el aumento en el precio del barril de petróleo. Claramente los precios del petróleo no regresarán por años a los altos niveles que existieron entre el 2003 y 2014.
Los sectores de la industria y la agricultura no compensarán la dinámica del sector minero energético, por su baja productividad que no les permite competir internacionalmente. No hay innovación y menos eficiencia por falta de una mejor infraestructura y preparación de nuestros trabajadores. Muchas veces vemos en algunos de nuestros productos que no existen crisis de precios ni de mercados sino de rentabilidad. Debemos cuidar la revaluación del peso (menos pesos por dólar exportado) para que no suceda que el productor cada día reciba menos y en muchos casos no compensan sus costos.
Los grandes monstruos económicos como China e India importan alimentos aumentando la demanda sin considerar el precio de los mismos y sus autoridades afirman: “Nuestros pueblos merecen una mejor alimentación, pues son los generadores de esta nueva riqueza”.
Es necesario ser cuidadosos, la inflación ronda el 4% y sería gravísimo su desbordamiento. Hay que mantener un balance entre la inflación y la depreciación de la moneda.
La confianza inversionista no se consigue con algunos subsidios y menos con privilegios tributarios, pues los mismos inversionistas no creerán en su permanencia. Para obtener un crecimiento económico es necesario restablecer la credibilidad en las instituciones, erradicando la corrupción del gobierno, cortes y congreso, porque si esto no sucede, difícilmente las empresas y ciudadanos invertirán lo suficiente para evitar una crisis fiscal.