Así es, dejémonos de vainas, que así como va esta campaña presidencial hacía mucho tiempo Colombia no vivía momentos de tanta tensión e incertidumbre como los de ahora. El jueves pasado Petro llenó la plaza de Bolívar como muy pocos colombianos lo han hecho, y que el mismo Julio Sánchez Cristo en la W reconociera que fue una convocatoria maravillosa, dice mucho de lo que está sucediendo a pocos días de la primera vuelta. Si se mantiene la proyección de las encuestas en 8 días pasarán a la segunda vuelta Duque y Petro, lo cual es lo mismo que decir que el 27 de mayo el gran derrotado será la opción de centro del país que lideraban Fajardo y Humberto de la Calle quienes lamentablemente no lograron conciliar intereses políticos. Así como van las cosas, si se dan estas proyecciones, este momento histórico quedará registrado como los días en los que la polarización política le ganó a la reconciliación de los colombianos.
El único de los candidatos que podría hacer cambiar esa tendencia sería Germán Vargas Lleras de lograr llegar a la segunda vuelta. Eso lo saben las maquinarias y esa sería la sorpresa del domingo 27 mayo cuando a las 6 de la tarde conozcamos los resultados. Las campañas políticas no están exentas de grandes ironías, como la de Duque que en el fondo quisiera que a la segunda vuelta pasara Petro y no llegara Vargas Lleras, porque Duque le ganaría al candidato de izquierda en la segunda vuelta, pero si el que pasa es Vargas Lleras, ahí el triunfo de Duque quedaría en entredicho. Vargas Lleras pasa a la segunda vuelta y puede ganar. Qué ironía, Duque a quien no le alcanzarán los votos para ganar dentro de 8 días en la primera vuelta, allá su partido y él en el fondo haciéndole fuerza a Petro para que también pase y poderlo derrotar en junio. Eso, como dirían otros, es la dinámica de la política.
Sobre los 3 candidatos hoy con opciones de ganar existen temores y grandes preocupaciones como es natural que suceda. Las inquietudes sobre Duque están por la influencia que pueda recibir de Uribe en su gobierno, que llegarían a acabar con algunas de las cortes como ya lo ha dicho en algunos debates. De Petro, quien no oculta que al día siguiente de posesionarse convocaría una asamblea constituyente, trataría seguramente de revocar el congreso, y de ahí para adelante ni el señor de los milagros podría vaticinar el futuro de Colombia. Vargas Lleras arrastra todo lo peor de las maquinarias del país. Lo que es cierto, es que cualquiera de los 3 que gane, poco se le has preguntado ni han dicho sobre el verdadero problema que van a recibir: un país con un déficit fiscal que se acerca a 20 billones de pesos, y ahí muy difícil que el manejo del mercado de valores de Duque, o la Colombia humana de Petro, o Vargas Lleras ya sin chequera puedan hacer algo importante para recuperar las finanzas del país. Qué vaina, aquí hablamos mucho de política pero no de economía.
Es una lástima que un candidato como Humberto de La Calle haya perdido a esta altura toda opción política. En mi caso votaré por él, como un reconocimiento a su seriedad y todo lo que trató de hacer por el tema de la paz de Colombia, pero De La Calle también fue víctima de las componendas y las mentiras de la campaña electoral. Ya hasta los amigos aconsejan no perder el voto. César Gaviria fue el gran traidor en estas elecciones. Mientras aparentemente apoyaba a su partido en el debate electoral, su hijo se encontraba reunido con Duque en Nueva York rindiéndole pleitesía. Los grandes perdedores de esta campaña fueron los partidos liberal, conservador y la U que tienen candidatos desdibujados y perdidos en estas elecciones. Dejémonos de vainas, pero así es Colombia.