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Descubren que el agua moja
Ahora todo gira en torno de los celulares y computadores y se ha perdido la esencial comunicación entre los miembros de la familia.
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Miércoles, 17 de Enero de 2018

Amables lectores: Colombia es un país de grandes paradojas, que en ocasiones nos causan hilaridad y otras veces tristeza. Recientemente  leíamos las declaraciones del famoso psiquiatra Rodrigo Córdoba, quien afirmó que los colombianos padecíamos  “Alexitimia”, porque según él, no sabíamos ver las cosas buenas que suceden en el país. Simultáneamente   el presidente Santos   parafraseó que nunca veíamos el vaso medio lleno sino medio vacío.  Con esa movida frase usada por coach empresariales es claro que no hace falta ser un gran psiquiatra, psicólogo o sociólogo para entender que un grueso número de la población presenta graves problemas.

Anualmente  se reportan en Colombia más de 26.000 casos de delitos sexuales, siendo los más afectados niños con edades entre 14 y 17 años con 9.817 casos; entre 4 y 7 años se reportaron 4.327 agresiones pero lo más aterrador sucede entre 0 a 4 años  con 2.923 abusados.  La mayoría de los agresores fueron familiares muy cercanos de las inocentes creaturas. También  se destaca que paradójicamente en el día de la madre y en las festividades decembrinas es cuando más riñas familiares y muertes suelen producirse.

Con preocupación y angustia se observa que es común, cómo el bello espectáculo  del fútbol,  se ha ensombrecido  con crímenes y golpizas que algunos energúmenos fanáticos desatan contra hinchas de equipos rivales.

Frecuentemente los colores de una camiseta usada por el hincha  de algún equipo ha sido causa de su asesinato. En países como Chile, especialmente en Antofagasta,  una comunidad  de colombianos allí residenciados han tenido desesperados a sus vecinos chilenos con sus fiestas excesivamente ruidosas y cargadas de licor y riñas. En efecto, hay muy mal manejo  de las emociones y la mayoría de esas personas carecen de dominio propio. 

Ante cualquier observación  que se les haga por sus conductas equivocadas o inapropiadas,  responden casi inmediatamente  con bravuconadas, groserías, y amenazas. ¡Cómo hace falta  revivir en esta tierra bendita la urbanidad de Carreño!,  en mala hora  y por desafortunada decisión estatal, retirada  de los pensum de nuestro bachillerato,  para aconductar  a muchos que todavía siguen diciendo: ¿Usted no sabe quién soy yo?  La sociedad colombiana está afectada no solo porque la familia ha soslayado su rol de formadora, de guía, de modelo y forjadora de buenos ciudadanos que transmitía mediante el buen ejemplo dado por los mayores,  los valores morales, éticos y las buenas costumbres para la convivencia armoniosa. 

Ahora todo gira en torno de los celulares y computadores y se ha perdido la esencial comunicación entre los miembros de la familia. El severo daño causado por el narcotráfico a nuestra sociedad, continúa induciendo a centenares de jóvenes proclives al enriquecimiento ilícito con narcocultivos, narcoempresas y hasta narcopolítica. Los múltiples escándalos de corrupción,   propiciados por delincuentes de cuello blanco y la podredumbre de muchos funcionarios encargados de administrar justicia nos ha llevado a ver la realidad o sea el vaso 
medio vacío. Tenemos una gran falta de justicia, de transparencia en la administración pública, de valores morales y de gobernabilidad.

Se requiere con urgencia tratamiento para cada una de esas enfermedades y no sigamos con diagnósticos sofisticados para ocultar tan graves males. La calentura no está en las sabanas porque ¿ Qué clase de enfermos son quienes se roban el  PAE  o  los violadores de niños  o los maltratadores y asesinos de mujeres o los contratistas que se roban los recursos de las obras públicas o los que compran y venden conciencias poniendo precio a la justicia?

 

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