Nunca se había necesitado en la región tanto liderazgo y humanidad como en la coyuntura actual. Los más de cuatro millones de venezolanos que han migrado, y los más de 600.000 solicitantes de asilo procedentes del Triángulo del Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador) que han llegado a la frontera sur de Estados Unidos este año, dejan ver que tanto en Suramérica como en Centroamérica hay un flujo ilimitado de personas que requieren de atención y protección en derechos humanos.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que trabaja desde 1997 en Colombia de la mano con el gobierno, las comunidades y las organizaciones comunitarias, se encarga de apoyar los procesos de asilo y soluciones duraderas de estas personas, quienes lo han perdido todo. Este año, dentro del marco de dichas actividades de promoción y fortalecimiento, se va a conmemorar por décimo novena vez el Día Mundial de los Refugiados (20 de junio), mediante una campaña de solidaridad para quienes lo han perdido todo.
En el caso de Colombia, de los 935.000 venezolanos que llegaron huyendo de la crisis económica y política que ha vulnerado toda clase de derechos humanos a su paso, sólo 442.000 están registrados y portan el PEP (Permiso Especial de Permanencia). Hay otras 300.000 personas que viven en situación de refugiados no reconocidos, y el resto no han sido diagnosticados ni tipificados aún.
Es importante avanzar en la superación de las condiciones de vulnerabilidad a la que están sujetos los migrantes, y qué mejor manera que mostrando compasión, tanto de parte de los gobiernos como de la sociedad civil. Sin embargo, la valentía de quienes se atreven a huir ha sido opacada por las dificultades que se han presentado con los venezolanos que portan el PEP y gozan de plenos derechos a raíz de esto.
La ciudadanía percibe a los migrantes como una amenaza en términos de seguridad, salud, educación y acceso a otros servicios institucionales, y los gobiernos ya no están tan dispuestos a hacerlo que se venía: Recibir refugiados o contribuir económicamente con los llamamientos y operaciones de la ONU. Por ejemplo, en nuestro país sólo se han girado el 26% de los recursos que habían sido destinados para atender las operaciones de ACNUR en las nueve oficinas que tiene en el país.
Por eso, es un buen momento para hacer una llamada a la solidaridad y unirnos al #DíaMundialDeLosRefugiados, una fecha que se conmemora desde el año 2000, el 20 de junio, por directriz de la Asamblea General de la ONU. Es un buen momento para apoyar la labor de este organismo humanitario y apolítico que día tras día genera acciones contundes para acabar con aquellas situaciones que exponen a los migrantes a violencia, explotación y abusos.
El trabajo de ACNUR está enfocado hacia el fortalecimiento institucional en zonas de frontera, apoyo en la regularización de los venezolanos, orientación legal y jurídica a población migrante, brindar asistencia humanitaria, creación de entornos protectores para la niñez, y una campaña antixenofobia.
En Norte de Santander, uno de los departamentos con mayor número de venezolanos, debemos dar #UnPasoMásConLosRefugiados y propender por que se generen las redes adecuadas de integración de esta población en las distintas esferas de la sociedad, evitando que se vulneren los derechos de esta población migrante. Desde nuestra oficina, casa o en la calle podemos hacer nuestra pequeña contribución y multiplicar el llamado de solidaridad ante un evento que no sólo afecta al vecino país, por múltiples causas, sino que es la situación que viven en este momento más de sesenta y cinco millones de personas en el mundo.