Sin duda, dos son las actitudes diferentes que adelantan el Eln y las Farc en sus procesos de paz y generan miradas diferentes al mundo.
En primer término, de llegar a ser cierta la versión según la cual el exalcalde del municipio de Toledo habría sido liberado por un canje que se hizo con un familiar, dado su delicado estado de salud, nos coloca a esta sociedad que trata de entrar al siglo XXI, aún con prácticas deleznables e inmorales que no se conocen en otras sociedades.
Si bien por estos días, a pesar de todas las dificultades, se rescata la inclusión a la vida civil de las Farc que se preparan para iniciar su actividad política hacia 2.018, aún a pesar que en la entrega de los bienes lo hicieron inventariando traperos, escobas, exprimidores de jugos de naranja, cantidades ínfimas de dólares y hasta cuentas de cirugías de pene que se hicieron los guerrilleros, es un proceso político que avanza y que a los ojos del mundo generan una reacción positiva.
Por estos días tuve oportunidad de tomarme un café con el jefe de prensa de la embajada de Francia y me expresaba, la cantidad de solicitudes que se han disparado en los últimos meses de nacionales de su país que quieren venir a visitar Colombia.
Ahí es cuando se entiende a Santos en su persistencia y acierto por la percepción internacional favorable que a los ojos del mundo genera el proceso de paz con las Farc.
Colombia era vista como un país en guerra, inmerso en un conflicto atávico que hacia el exterior generaba una resistencia para venir a visitar.
Con la firma de la paz se dispararon los extranjeros que se ven a montones por la candelaria en donde se ven a gusto por nuestra geografía, nuestros paisajes y la amabilidad de la gente.
Igual se ha disparado quienes vienen a negociar. Una versión que es perceptible y se ve todos los días principalmente en Bogotá.
El proceso de paz con el Eln seguirá transitando por un camino muy azaroso y difícil de persistir esas prácticas reprochables como las del secuestro, en la que como estamos viendo, ese intercambio de secuestrados nos coloca como una comunidad en la que existen actitudes aún salvajes.
Nosotros aquí en el Norte de Santander seguimos siendo muy afectados por el secuestro que de manera desafortunada en los últimos meses se ha disparado. Son dos actitudes diferentes de los dos grupos guerrilleros que han tenido mayor influencia en los últimos 30 años en nuestra vida política.
La de las Farc es realista e inteligente. Supo entender que hoy en día el mundo es otro.
Por el contrario, la del Eln es anacrónica, salvaje, rechazada por la sociedad, que las llevará poco a poco a su desmembramiento como grupo insurgente, y muy seguramente al cabo de unos pocos años quedarán reducidas a ser un grupo con prácticas delincuenciales y no políticas.
