Amables lectores: La famosa clase media es aquella que recibe los impactos del aumento del costo de vida porque sus ingresos no crecen al ritmo de sus gastos, no son cobijados por subsidio alguno y tienen cargas fiscales muy similares a las de las clase social, con mayores ingresos que los suyos, por carecer de toda excepción tributaria.
El ingreso promedio para esta clase social, fluctúa mensualmente entre los 4 y 6 millones de pesos. En su gran mayoría son asalariados y su base está constituida por profesores, ingenieros de la construcción, fuerzas Armadas de carrera, gerentes de oficina del sector financiero, directores jurídicos de empresas, médicos generales y otros profesionales que inician su vida laboral.
Entre los errores económicos más comunes, de la clase media, está la acumulación de deuda con cargo a su tarjeta de crédito. No tienen en cuenta que los intereses del dinero plástico es superior al 15%. Aconsejo pagar al vencimiento, el 100% del compromiso y no dejar saldos pendientes, que causarán intereses muy cercanos a la usura. La clase media ofrece y consume la mayor parte de los servicios que mantienen a flote la sociedad e impulsan el crecimiento económico.
Los salarios se han estancado y los costos, ajustados a la inflación; vivienda, educación y salud, hoy presionan el presupuesto. Las familias no poseen ahorros para pagar universidades y lograr el retiro laboral a los 65 años. No se tiene un fondo de emergencia que sirva para manejar un imprevisto y presentado un hecho de esta naturaleza, quedan sus finanzas fuera de control y atrapadas en un ciclo de deuda del cual es muy difícil salirse.
Otro gravísimo error de nuestra clase media es “no aumentar” su dinero cuando se produce durante su ciclo laboral, alguna mejora salarial. Retiro a tiempo requiere paciencia y persistencia. No debe retrasar su ahorro para el retiro. Una pequeña cantidad ahorrada, siempre va unida a interés compuesto y tendrá un impacto significativo en el ingreso para jubilación.
El alto gasto en activos de alta depreciación se presenta frecuentemente en la clase media. Los vehículos activo que ellos adquieren, se deprecian rápidamente y lo grave es que estos son “costos hundidos”. La mayoría de la clase media estaría mejor conduciendo automóviles viejos e invertir al costo extra de uno nuevo, en un fondo de emergencia. Se quiere impresionar a los demás con nuestros vehículos nuevos y de alta gama, pero esto significa un gasto excesivo. Es necesario cambiar la obsesión de la apariencia por la austeridad.
Todo dinero que se logre ahorrar “debe quedar fuera de la vista y de la mente”. Los planes de ahorro para un mejor retiro no deben estar en segundo plano. Algunos piensan: “empezaré ahorrar para mi jubilación después de comprar una casa y financiar la educación universitaria de mis hijos”. Cuidado, la vida pasa y se corre un gravísimo riesgo.
Los ahorros deben dar un rendimiento mínimo, similar a la tasa de inflación de cada país, para mantener constante el valor patrimonial.
Un rey preocupado por los bajos ingresos fiscales de su reino, llama al conde que todo lo cobra y le exige generar más recursos por impuestos. Pero ¿a quién le podemos cobrar, mi señor? Pues a la clase media que siempre paga y jamás protesta. En cambio los pobres no tienen como pagar, escasamente producen para mal comer. Los ricos son mis amigos que siempre me invitan a sus fiestas y no quiero pelear con ellos.