Las  instituciones de educación superior deben pasar por procesos de cambio o enfrentar su extinción. 

En un escenario futuro veremos algo como esto:  Nichole, una adolescente de 16 años, entra a una institución de formación superior.  La recibe un grupo de brillantes profesionales de distintas áreas y experiencias. 

Visionarios, unos en persona, otros en hologramas. Unos de la época, otros de épocas anteriores, de los que su forma de pensar se ha guardado en un sistema de inteligencia artificial. 

Nichole no viene a cursar una carrera, viene a ser asesorada para llevar a cabo parte de su proyecto de vida. Con esto en mente, el equipo de profesionales analiza cuál será el plan de formación y las competencias que ella debe adquirir para hacer su sueño realidad.

Ella quiere ser una profesional que construya las más bella infraestructura que conecte ciudades, particularmente los más hermosos puentes. Puentes que de forma alegórica, conecten los sueños de las personas y a las personas con el entorno.  

Parecería que quiere ser más una artista plástica de la ingeniería. Sin embargo, ella también quiere que esos puentes sean parte de su marca personal. Así, las personas la podrán identificar claramente a través de su obra, y esto será la base de su reconocimiento a nivel global.  

Según Nichole, Los puentes, deben estar hechos de materiales biológicos, que de forma eficiente se integren con el entorno. Deben tener plantas, permitir el paso de animales silvestres, aprovechar el viento y la luz como fuente de energía. 

Todos los elementos deben crear un microclima especial que los haga confortable, pero sobre todo deben hacer captura de carbono para aportar a  la lucha contra el cambio climático. Entonces, Nichole, deberá saber de ciencias de la sostenibilidad.

El material de los puentes debe tener la capacidad de auto-repararse, y debe ser liviano, pero fuerte. 

Pero más que nada, la estructura del puente debe estar hecha en forma de pequeñas unidades, a manera de lego. Así podrán auto-ensamblarse de manera programada. Nichole, también deberá saber de nano-materiales ultra-resistentes, programables y auto-organizantes.

Nichole desea que estos puentes, sean queridos y apropiados por las personas como espacios que representen su cultura,  que también resuenen con sus creencias y hábitos. Esto debe pasar, en cualquier lugar del mundo donde los puentes se construyan. Entonces, deberá desarrollar cualidades para la antropología.

Nichole es consiente que este tipo de propuestas necesita ser promocionada como emprendimiento, y deberá buscar socios que estén dispuestos a aportar capital de riesgo. Por ello,  tendrá que desarrollar habilidades como negociadora e inversionista.

La joven sabe que en su modelo de negocio, la gestión humana será fundamental. Toda persona que trabaje en el proyecto, deberá estar muy comprometida y motivada,  tanto como ella. Las personas deberán desarrollar mucha disposición y capacidad de cooperar. Deberán formar equipos, más que grupos. El equipo deberá ser de alto desempeño, capaz de adaptarse a circunstancias difíciles o cambiantes; deberá tener competencias para entender lo que la sicología organizacional le brinda.

Nichole, quiere llevar a cabo su proyecto por 15 años. Luego, quiere retirarse de su empresa y enfocarse más en la filantropía. Todo ello será posible, por las ganancias de su proyecto. Deberá aprender a cerrar ciclos empresariales y abrir nuevos ciclos para nuevos proyectos.

Con esta información, el equipo de profesionales ahora sabe qué hacer, y entra a armonizar todo el plan de formación para Nichole. La buena noticia, será que lo lograrán, y Nichole será un ser humano pleno y feliz, además de exitoso. 

Al dejar a Nichole en el futuro, nos preguntamos en el presente ¿En cuánto tiempo esto será posible? ¿Cuándo las universidades se transformarán para formar personas de manera variada, interdisciplinar, novedosa y basadas en su proyecto de vida? ¿Cuándo se va a cambiar el estilo de formación profesionalizante y excesivamente técnica?

Los nuevos expertos y visionarios en educación, como Google, la Universidad de la Singularidad y Udemy, saben que las universidades como las conocemos hoy van a desaparecer en unos 20 años. Y ¿por qué en muy poco tiempo, las universidades de hoy serán cosa del pasado? Porque las innovaciones educativas ya se están dando.  

Es hora de pensar diferente, de cambiar el rumbo de la educación, hacia formas que tengan que ver más con el desarrollo humano.