Si usted mira el número 2022 parece como una fila de paticos nadando, separados por el 0. Pero el 2022 va a ser un año clave, muy alejado de la tierna imagen de paticos.
Empecemos por lo local. Arrancamos con la revocatoria a la administración del alcalde Jairo Yáñez por la clase política que ha vivido por décadas del presupuesto público. Como mencioné en escrito anterior, veo muy difícil que se dé la revocatoria, lo que le dará un aire a la administración que la está necesitando mucho. La clave de la revocatoria es no votar y así mandar un mensaje a la vieja forma de hacer política, que a pesar que la actual administración tiene muchas cosas por corregir, Cúcuta no acepta condenarse a las formas patológicas de hacer política que se asentaron en estas tierras.
A nivel regional, Norte de Santander sigue siendo un departamento cooptado por la alianza fronteriza entre narcoguerrillas y el régimen mafioso de Maduro, todo adobado con el discurso mamerto que nos dejó Santos del conflicto, la sociedad civil “no combatiente” y el derecho internacional humanitario. No hay un conflicto político que justifique el crimen organizado; no hay dos bandos y una sociedad civil, hay solo una sociedad amenazada por la criminalidad, por lo que no hay que aplicar el Derecho Internacional Humanitario sino el código penal. Solo hay dos lados en esta amenaza terrorista: desde la legalidad la sociedad y el estado y los criminales narcoterroristas del otro. Ese discursito mamerto que le da carácter político al terrorismo y que aun copa a la prensa es una especie de ataque kamikaze contra la democracia. Los que se quedaron ideológicamente en los 70 ya deberían jubilarse.
A nivel nacional, el interés estará concentrado en las campañas políticas para elegir Congreso (marzo) y presidente (mayo y junio). Enero será el mes del inicio de la parte fuerte de las campañas y se insinúa en ese mes el lanzamiento como candidato presidencial de German Vargas Lleras, con los que estarían todos los que son. A diferencia de la revocatoria, en estas justas democráticas cada voto es valioso pues nos jugamos el poco modelo de democracia liberal que aún nos queda. Y si pudiéramos eliminar la amenaza socialista en la primera vuelta, Colombia podría reorientar el rumbo que llevamos con orden y libertad.
A nivel internacional el tema será si 2022 será el año de salir de la pandemia del virus Sars cov2. Lo que queda claro con la crisis de los contenedores y el disparo de precio de los hidrocarburos es que ya es imposible pensar en cerrar los países y destrozar sus economías. Hacerlo sería llamar a una recesión mundial que podría durar décadas y que tendría muchas más víctimas que las del Covid.
La consigna es convivir con el virus; adaptación será la palabra clave del 2022. Y debemos hacer las sociedades más resilientes a catástrofes, pues la pandemia es solo una forma de catástrofe, no la única.
El riesgo sísmico de Cúcuta y la zona de frontera aumenta cada año y como con la pandemia, nos llegaría sin preparación. El tiempo para reducir la vulnerabilidad ante desastres se agota un poquito más con cada año que pasa sin hacer nada; el tiempo juega en contra.
Esperamos que así como 2020 y 2021 fueron los años de vivir peligrosamente, 2022 sea el primer año postpandemia del covid, porque el virus de los antivacunas, del pensamiento conspiracionista y mágico seguirá vivito y propagando falsas ideas, pero con ellos también hay que convivir, así se vuelvan cada vez más riesgosos.
El 2022, debido a las características tan singulares de los dos años anteriores, genera más esperanza para todos por lo que recibirlo positivamente nos puede ayudar a que sea un mejor año. A mis lectores les deseo un feliz y productivo 2022 y doy mis agradecimientos por seguir estas columnas que solo recogen mis ideas.