No es fácil abordar este tema, me asaltan muchos temores, en un país que se dice DEMOCRÁTICO, esto no debe acontecer. Las descalificaciones a mis opiniones es lo de menos, existen realidades y circunstancias, que justifican plenamente mis temores.
La política está concebida como un ejercicio noble y altruista, en Colombia ha costado mucha sangre derramada, el mundo atemorizado nos mira con piedad y angustia. Una de las fundamentales estrategias del mal llamado Centro Democrático o “Uribismo”, es la de utilizar el miedo, el pánico y la mentira. Inconcebible postura, en un país azotado por la guerra, y la intolerancia, que busca y se merece la paz. Actitud inconveniente, que debe ser rechazada por el país como un todo. Un país atemorizado y en pánico, conviene al Centro Democrático, sin importar un derecho fundamental, la vida. La controversia, las diferencias conceptuales e ideológicas son válidas. infundir miedo y temor no debe utilizarse, en el accionar político en un país azotado por la violencia de todo tipo que reclama de la dirigencia política tolerancia y expresiones que nos conduzcan a una Colombia en paz.
El inspirador y máximo conductor del Centro Democrático el Dr. Uribe, es todo lo contrario a la tolerancia, el país le conoce suficientemente, las generaciones futuras abismadas, se preguntarán como fuimos capaces de soportar un desgobierno en dos periodos. Se atiza el odio y el revanchismo cuando lo que el país reclama es una Colombia más amable. Dirigentes muy caracterizados de la organización política en comento han expresado entre otras cosas, que, de llegar al poder, darían al traste con los acuerdos de La Habana, con la insurgencia, tamaño despropósito. Es decir, la guerra debe continuar. Colombia exige un país sin temores, con equidad y sin odio, incluyente, diverso, con instituciones respetables, con una dirección decente y patriótica. El trabajador del campo y la ciudad, los gremios, la sociedad civil como un todo, la cátedra, los intelectuales y los analfabetas no quieren más sangre derramada, nuestras mujeres víctimas como las que más, reclaman adoloridas con gritos que estremecen de súplica la paz y se impone un país en el que quepamos todos.
A la política, se le responsabiliza como generador de la crisis, en consecuencia, debemos deslastrarnos de esta opinión, y recuperar un sitial de honor y no de vergüenza. Los partidos, deben recuperar sus postulados ideológicos y proclamas, ante una democracia como la nuestra, seriamente amenazada. El plebiscito innecesario, y manipulado no es argumento válido para ir en contra del país. El denominado CENTRO DEMOCRÁTICO en crisis, se ha quedado sin candidato a la Presidencia y en coincidencia, con uno de sus postulados, la guerra, recurre a la distinguida dama hoy senadora del uribismo, la doctora María de Rosario Guerra como posible candidata a la Presidencia, entre otros. Que Dios nos ampare.