Las administraciones municipales cuando enfrentan a determinadas situaciones, tienen dentro de sus planes de contingencia, tomar decisiones sacadas debajo de la manga, porque de análisis social o soportes de las mismas, es muy poco o nada lo que logran demostrar.
Recientemente leí una noticia que me dejó perplejo la cual fue titulada por este medio de comunicación: “Para evitar contagios por coronavirus, cierran avenida 6 del centro”.
El soporte o la explicación ofrecida por el comandante de la Policía Nacional en el Área Metropolitana de Cúcuta resume la falta de conocimiento tanto en epidemiología, como en movilidad por parte del uniformado, al justificar la recomendación que más tardó en ofrecerla que la administración en aceptarla.
En su declaración, Palomino explicó el problema y la solución de la siguiente manera: “Se ha generado un cerco epidemiológico con el fin de desestimular la aglomeración de personas en este sector en donde se han venido presentando contagio de la COVID-19, el propósito es poner en práctica una gestión vehicular para que no existan estás aglomeraciones”, dijo el comandante de la Policía Metropolitana.”
Definitivamente ha llegado a Cúcuta la llave perfecta para cerrar vías como “fórmula mágica” y tratar de quedar como héroes. El uno cree que cerrando la avenida 6, se desestimula la aglomeración de personas contagiadas por el letal virus.
El otro, le copia el mensaje al oficial y proceden al cierre de varias vías. La verdad, la movilidad ha sido un tema que pocos estudian y cuando aparece una solución técnica, sencillamente la ignoran, tal como sucedió con un trabajo de grado que logró la máxima calificación académica, pero que a los responsables no les importó.
Cerrar la Avenida 6 desde la calle 6 a la 10, es una decisión que infartará aún más el centro de la ciudad, sencillamente porque el número de vehículos no disminuirá y en cambio obligarán a los conductores a saturar las pocas vías que dejaron para transitar y aún más complejo el escenario, cuando los uniformados responsables de la regulación de tránsito, no aparecen por estar en operativos innecesarios y que generan malestar ciudadano.
Me gustaría conocer el documento que sirvió de soporte a tan ridícula decisión, puesto que se debieron hacer conteos y ajustes de la sincronización semafórica. Además, las estadísticas y pruebas que permitieron concluir, que el avance de la COVID se da con mayor intensidad en el sector mencionado, mientras que un centro comercial, para el encendido de la decoración navideña, permitió el ingreso de miles de personas, muchas de ellas sin tapabocas y cero distanciamiento, sin que el tamaño de tan evidente irregularidad fuera censurada y menos, controlada.
El cierre de vías no puede seguir siendo un capricho de los gobernantes de turno, porque las mismas afectan directamente a la ciudadanía y en especial a los conductores. Por otra parte, zapatero a tus zapatos para el caso del Coronel Palomino que pasó de ser un alto oficial, a experto en movilidad y epidemiología.