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El tira y afloje
Muy seguramente la popularidad del mandatario se escurrió en unos buenos puntos.
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Sábado, 25 de Abril de 2015

El ataque perpetrado por la guerrilla en Buenos Aires, Cauca, contra la fuerza pública ha tenido muchas consecuencias que afectan directamente el proceso de conversaciones que se adelantan en Cuba entre en el gobierno y las Farc.

El repudio por ese acto se ha hecho sentir en diversas formas, sobre todo en las redes sociales, las que desde hace rato se convirtieron en el foro público donde todo el mundo puede hacer sentir su opinión en forma libre, de acuerdo con su tendencia.

La solidaridad se hizo manifiesta casi al unísono con las víctimas de esta acción, que dejó un elevado número de soldados muertos y heridos.

Los colombianos acompañan en ese sentimiento no solo a los afectados directamente, sino que lo hace también con las fuerzas militares.

La guerrilla creó un clima de confianza entre la ciudadanía al sentarse a conversar, los que le habían otorgado algún grado de credibilidad con relación a su intención de llegar a un acuerdo negociado para hacer dejación de las armas y su reincorporación a la vida ciudadana, ahora de manera tácita le han cobrado por su manera de actuar.

Pero el que más ha perdido es el presidente Santos, las críticas le han llovido desde todos los frentes, se pone en tela de juicio su gestión y empeño para sacar adelante esta empresa bandera de su administración.

Los que han sido contrarios al proceso que se adelanta en la capital cubana, tuvieron nuevas razones para dar cabida a sus críticas.

Muy seguramente la popularidad del mandatario se escurrió en unos buenos puntos.

A pesar de esto las conversaciones avanzan y lo que se espera es que tengan una terminación pronta con resultados que premien a los colombianos con la paz.

Es aquí donde surge otro tema que se hace relevante ante la crisis, el plazo en el cual deben culminar las conversaciones para llevar a cabo el referendo que apruebe dichos compromisos, tal como deber ser, sin tener en cuenta el criterio del fiscal quien afirmó que este punto se podría obviar ya que los colombianos reeligieron a Santos para que negociara la paz.

También las opiniones son diversas frente a esta situación y se esgrimen como razones para que esto dure unos cuantos años más que, ninguno de los procesos de este tipo llevados a cabo en Centroamérica, África o Irlanda duró pocos años, por el contrario fueron largos años de conversaciones y encuentros.  

No es a los delegados de la guerrilla, a quienes interesa la fijación de un plazo, le interesa al gobierno, para que las conversaciones no se dilaten y se extiendan más allá del periodo para el cual fue elegido el presidente Santos, quien podría que irse del mando sin haber logrado su objetivo primordial.

Pasarán más cosas que merezcan la crítica o aprobación en ese proceso que todavía está en la fase de tire y afloje, pero que tendrá que conducir a la firma de los acuerdos definitivos.

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