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El trasteo de la democracia
La trashumancia electoral es conocida como “trasteo de votos” y es calificada como una práctica maligna.
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Sábado, 19 de Septiembre de 2015

Estando a un poco más de un mes para las elecciones regionales los problemas que se han detectado siguen siendo los mismos de años anteriores y entre ellos se destaca el trasteo de votos. La Registraduría ha advertido sobre esta situación… La trashumancia electoral es conocida como “trasteo de votos” y es calificada por las Altas Cortes como una práctica maligna y antigua que es preciso combatir y elimina.

Se trata de uno de los delitos electorales más recurrente el cual está contemplado en el Código Penal Colombiano vigente, se tipifica como delito esta conducta en el artículo 389, para sancionar a quien induzca a la inscripción de cédulas en sitio distinto a la residencia del ciudadano y este se le castiga por estar incurriendo en el delito de falso testimonio, ya que al momento de realizar la inscripción de cédula la persona está declarando bajo juramento que efectivamente habita en la ciudad, corregimiento o inspección de policía correspondiente.

No parece que se desconozca la ley, sino que con pleno conocimiento se quiere burlar, por estar ocurriendo en el 77% de los municipios, esto es, en más de 800 se ha detectado la trashumancia de votantes para favorecer a alguno de los inscritos como candidatos. Lo cual significa que el flujo de votantes entre los municipios es muy alto, porque así como salen entran, ya que son movilizados por los intereses de los futuros alcaldes o concejales, entre quienes más se da esta conducta.

El campeón de esta práctica es Soledad en Atlántico, ostenta el record histórico y en esta oportunidad no podía ser la excepción. Pero las autoridades y las ONG están muy atentas y vigilan esta situación allí y en el resto del país, lo cual ha conducido a la detección temprana y anulación de esas cédulas. Según las autoridades se han identificado entre 800.000 y un millón inscritas en lugares donde “no coincide la información de propiedades, Sisbén, ni Fosyga, en el municipio donde el inscrito aspira sufragar. Lo cual quiere decir que se han escapando pocos casos al escrutinio oportuno, pero por desgracia los seguirá habiendo.

En esa depuración también se ha actuado para anular la inscripción de algunos candidatos por firmas, porque esos registros estaban viciados de ilegalidad; así como también la de aquellos que tienen asuntos pendientes con la justicia.

Estos son los peligros de nuestra democracia, frágil y fácil de ser atacada por los candidatos que se hacen elegir de manera fraudulenta y no puede ser de otra manera el ejercicio de su mandato que, será sin duda regido por la corrupción que aplican desde antes de llegar a ocupar estos cargos trasteando ciudadanos y comprando su voto. Hay que identificarlos y ejercer el castigo popular no votando por ellos y buscar entre los que sean garantía de honestidad, tal como debe ser.

 

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