Como no podía ser de otra manera en la era de la tecnología, ahora hasta en el fútbol contamos con ella, gracias a los “esfuerzos” de Fifa por hacer el fútbol más claro y más “justo”, hoy en el Mundial de Fútbol en la modalidad masculina, ya tenemos VAR. Dicho sistema ha sido alabado por muchos y criticado por otros tantos, las pruebas en principio fueron buenas.
Sin embargo, en esta edición del Mundial, ya podemos ver que en la práctica de un evento de esta magnitud, sigue generando dudas y sigue sin convencer. Ahora hablamos de goles tecnológicos, y sí claro, como no lo vamos a decir, si a Portugal le pitaron un penalti, a Francia y Australia otro; Francia gano gracias al VAR, que de no haberlo tenido, el gol de Pogba se hubiese quedado en un gol fantasma ¿eran o no eran? Nunca lo podremos saber. Y lo que queda por ver.
A esto, debemos sumarle que ya no solo son los ojos del árbitro y sus de asistentes en la banda quienes observan estas cuestiones, sino 18 ojos metidos en una sala exclusiva para analizar las mismas.
Como hemos podido ver en los partidos del mundial, desde la VAR ROOM (sala del VAR), le comunican al árbitro que está en el campo que se acerque a unas pantallas para ver la jugada otra vez y le indican que debe hacer de acuerdo a los criterios que los 9 árbitros que están dentro de la VAR ROOM entienden se debe hacer.
Por esta razón ahora los minutos de añadido son más, ya no sólo se tienen en cuenta los cambios, si no que se añade más, dependiendo de las veces que se haya consultado el VAR, con lo cual, más tiempo, bien para sufrir, bien para gozar de acuerdo al lado de qué afición se esté.
Pues bien, increíble pero cierto, quién nos lo iba a decir, que en el 2018 aparecieran los llamados goles tecnológicos y que los equipos ganaran o perdieran en función de las maquinas, ya no sé, qué más nos puede quedar por ver en el fútbol, el único consuelo es que las maquinas no funcionan solas y que aún necesitan de los humanos.
No obstante, con estos sistemas se desdibuja un poco lo que es el ambiente del fútbol. Antes todos cantábamos un gol a grito vivo, el árbitro decidía en él momento, claro, con la suerte de equivocarse o acertar, pero en el mismo instante. Con esto, resulta que ahora hay que esperar hasta dos minutos para celebrar un gol dudoso. Los árbitros han perdido autonomía, porque ya no es uno solo ahora son más de 10, todos a la caza de la equivocación y la supuesta verdad.
Y al final de cuentas da lo mismo, porque nunca los aficionados estarán de acuerdo, ellos tienen sus propios intereses, el fútbol nunca será justo y con VAR o sin VAR es imposible tener a todos contentos, lo que nos lleva a la única conclusión de que los esfuerzos y el dinero invertido en este sistema, no se justifica para lo que realmente hace. Han terminado con la espontaneidad de la afición a la hora de celebrar, la certeza y clarividencia de los árbitros, insisto se quedan sin autonomía, cuando menos nos queramos dar cuenta, iremos al fútbol a esperar que una maquina nos deje gritar GOOOLLLL.