Hacía mucho tiempo la terminación de un año no resultaba tan revuelto como este 2017. 

La industria no creció en este año, como consecuencia  el desempleo disparado y Cúcuta ocupando uno de los primeros lugares en el país, la economía frenada, las bandas criminales aumentando de manera alarmante, el proceso de paz herido, la escasa votación en la consulta liberal, el escándalo del cartel de la toga, las declaraciones cínicas de Leonidas Bustos defendiendo su inocencia, el magistrado Malo haciendo piruetas para evadir la justicia, el alcalde y excalde de Santa Marta detenidos por corrupción el mismo día, el alcalde de Cartagena preso, el de Pamplona también, aquí el que sigue dando órdenes desde La Picota y como si eso ya no fuera suficiente, el Cúcuta Deportivo al borde de la eliminación. 

Como consecuencia de todo ello la política tiene con los nervios de punta a más de uno.

Según la última encuesta hay un empate técnico entre Petro, Germán Vargas y Sergio Fajardo, intención de voto antes de que estallara la coalición de centro, crisis que revuelve aún más en temas políticos al país. 

El país en definitiva en muchos temas se ha frenado, inversionistas que no han vuelto a poner a circular sus dineros, gente que está sacando la plata del país, porque muchos de ellos tienen temor de lo que pueda suceder el próximo año en las presidenciales. 

El cuento del “Castro-chavismo” está funcionando, le está calando a la gente, y además con una demostración que vemos en la ciudad y el país, palpable y diaria, al ver la cantidad de venezolanos que siguen cruzando todos los días la frontera. 

Basta dar una vuelta en la noche por Cúcuta, por la terminal de transporte, los parques y al ver esa realidad, sentir depresión.

En ese estado de cosas en el que anda Colombia, ¿qué tan fuertes al final podrían resultar Petro, Vargas Lleras y Fajardo? 

Petro es muy fuerte en Bogotá, pero de él hay dos cosas que son ciertas: la primera que fue un muy buen senador y un alcalde con muchas deficiencias. 

El dilema de Vargas Lleras es que la gente no lo quiere, perciben con toda razón que es más de lo mismo y sus opciones están ligadas a apoyarse en una maquinaria corrupta y oxidada. 

El tema del coscorrón le sigue costando mucho, y para mí ese ya es un motivo para no votar por él. Fajardo es un hombre decente, que ha mostrado seriedad y compromiso. 

Faltará ver qué pasará en los próximos días con el estallido de la coalición de centro. De la Calle anda en una encrucijada política con la débil votación en la consulta.

En momentos de crisis, de desesperanza en muchos frentes como nos sucede por estos días, la gente emocionalmente toma finalmente el camino que pueda considerar menos riesgoso. 

El país al final es más conservador que liberal y poco de castro chavista. 

En este gran revuelto en el que anda Colombia, comienza a escucharse entre líneas, en foros, en analistas políticos, que las cosas podrían derivar en una persona como Martha Lucía Ramírez, que ya se contó, que le fue bien, que no tiene resistencia, que no le ha dado un coscorrón a nadie, que es mujer y a quien no conozco. En río revuelto, y más en el de Colombia en el que todo puede suceder, es una opción política a considerar.