Volver al pueblo natal siempre será una grata experiencia, disfrutar del clima propio de los 946 metros de altitud, de la bondad de los paisanos y la tranquilidad de un pueblo sumergido en la cordillera, rodeado de montañas verdes y exuberantes que de niño me parecían enormes e infranqueables. 

Estas son las razones para alguien que nació aquí, de volver cada que puede escaparse y recorrer sus limpias calles y los empinados caminos que conducen a las zonas veredales y así recrear los recuerdos de épocas pretéritas. 

Pero para quienes alguna vez vinieron o para quienes no lo conocen, las razones que los pueden motivar para arrimar por aquí son muchas. 

El agradable clima alrededor de los 18 grados hace de este sitio ideal para descansar. 

En el casco urbano se puede admirar el templo dedicado a la Santísima Trinidad, es esa una construcción con estampa de basílica, el parque central tiene su estilo propio y bien adornado, el callejón con su camino empedrado está siendo embellecido en sus paredes con hermosos murales que representan a los personajes del pueblo con una estática y realismo dignos de admirar. 

En las zonas cercanas se puede hace un paseo al rio y el sancocho debe ser el plato principal. 

Lo diferente está en las cristalinas y refrescantes aguas que forman el caudal del rio que invitan al inevitable baño natural. 

Caminando en otro sentido se puede avanzar por un sendero que lo llevará a un bosque apropiado para el avistamiento de aves multicolores que revolotean entre la vegetación. 

Más lejos se puede llegar al santuario de la Virgen de la tablita, o alcanzar los cerros que circundan al poblado y sobrepasarlos. Pero la Laguna Brava es el premio para quienes se aventuren a llegar al páramo de Santurbán. 

Todo esto significa que es un sitio donde el ecoturismo tiene un gran potencial y no hemos aprovechado de manera suficiente. 

Lo que todavía no se ha resuelto de manera total es la vía que conduce a Arboledas desde Cúcuta. 

Los 78 Km tienen muchos trechos en malas condiciones, en algunos se está trabajando como el trayecto de Cornejo a Santiago. 

Hay que registrar con relación a otros años que, algunos tramos fueron pavimentados y el desplazamiento por ellos es muy cómodo, sin embargo son solo retazos de esa carretera que durante toda su vida ha permanecido abandonada. 

Los arboledanos no perdemos la esperanza que un día esté pavimentada en su totalidad y con ello contribuya a un desplazamiento más placentero para propios y extraños. 

Los pueblos del occidente del departamento, incluido Arboledas, tienen escenarios naturales que merecen ser visitados. Pero la vía necesita ser mejorada no solo con este propósito sino para que también sirva a los trasportadores que se encargan de sacar los productos agrícolas de la región, lo cual beneficiará a los campesinos. Las futuras administraciones departamentales y locales tienen que contemplar ente sus planes de trabajo esta obra que durante muchos años ha registrado atraso y descuido. 

Jorgepabonl@yahoo.com