Es mi apreciación una vez culminado el proceso electoral, donde se eligieron los congresistas y los candidatos en las tres coaliciones con mayor arraigo popular.
De acuerdo con los apoyos, el perfil del candidato y al rechazo que representa la clase política que ha venido gobernando el país en los últimos 30 años, no se presentaron sorpresas en las respectivas consultas.
Con el apoyo del uribismo y del presidente Iván Duque, el privilegiado fue Federico Gutiérrez del Equipo Colombia. Por la Coalición Centro Esperanza, que cuenta con menos apoyos partidistas, el perfil, el carisma y la personalidad, de Sergio Fajardo -aunque tibio, como dicen muchos- se impuso sobre sus cuatro competidores. Y en el Pacto Histórico, como era previsible, de acuerdo con las encuestas, el ganador absoluto muy por encima de sus contrincantes, Gustavo Petro, gracias al desastre de los últimos gobiernos que están en forma sistemática empobreciendo al pueblo colombiano, caminando sobre una corrupción generalizada en la mayoría de sus sectores, especialmente en los organismos de control, con niveles de inseguridad nunca antes visto, despilfarros a granel, desempleo, narcotráfico, inflación, etc, etc.
Y en forma particular, merece mención especial el presidente Duque, quién con su desacertado gobierno, se convirtió en el principal impulsor de la campaña petrista, ahogando a los colombianos con sus propuestas, a saber: la fallida reforma tributaria-a costa de muchas muertes-, con el incumplimiento del Acuerdo de Paz que aumentó considerablemente los grupos armados ilegales, los incrementos exagerados en los artículos de primera necesidad -los alimentos- en algunos casos por encima del 40% que se comió el cacareado aumento del salario mínimo, los casos de corrupción - Ministerio de las TIC, 70 mil millones embolatados- crecimiento de la pobreza, inseguridad que lo catapultan con una favorabilidad muy baja de acuerdo con las firmas encuestadoras, orillando al pueblo en busca de un cambio en forma desesperada.
Los candidatos se deben enfocar -así no cumplan, como es factible- en reducir los gastos exagerados del Estado, eliminar el despilfarro, no más Altas Consejerías, ampliar los centros carcelarios, reformar los entes de control, mayor control en la corrupción de los organismos de seguridad, beneficios e inversión efectiva para el Agro, cero aranceles a insumos agrícolas, además de lo que ya están prometiendo.
No escarmientan los gobernantes y demás políticos del país ante la demostración que están dando los electores en cada elección, repeliendo cada vez más la errática conducción del Estado, con sus políticas antisociales, que alejan a los electores de las urnas, con el crecimiento de la abstención como sucedió el pasado domingo o elijen desesperadamente a quienes representan el anti continuismo, como ejemplos: la elección de lucho embolador como concejal de Bogotá, o algo más cerca, Pauselino Camargo, María Eugenia Riascos y Jairo T. Yáñez como alcaldes de Cúcuta, que no cumplieron las expectativas y fue peor el remedio que la enfermedad o mucho más cerquita, ahora, la palenquera, el influencer, elegidos congresistas, Gustavo Petro candidato presidencial y Francia Márquez líder social precandidata presidencial, sorpresa en la consulta por el Pacto Histórico o más drástico todavía, no salir a votar como lo hicieron en Sabanalarga (Atlántico) por el abandono en que lo tiene sumido el Estado
Nos encontramos ante dos extremos, el uno, Federico Gutiérrez la derecha recalcitrante con Uribe y Duque a la cabeza, el otro, la izquierda con Gustavo Petro, igual, con su pasado y camaleones en sus filas, Roy Barreras y Armando Benedetti y más probable César Gaviria, adobado con Teodora, y un poco más moderado, por el centro, Sergio Fajardo, quién también cuenta en sus filas con reconocidos camaleones de la política, forman la tripleta, que, en mi opinión, de estos tres, se elige el presidente de la República, pero en caso de una sorpresa no se puede descartar al ingeniero Rodolfo Hernández.
