Se volvió casi que una muletilla en la jerga de algunos decir que “la política es dinámica”. En no pocos casos es la forma de justificar la rutina del transfuguismo, que es pasar de una tolda a otra con la emoción del giro aventurero.

No se trata de defender la estática de las ideas o de creer que se nace bajo el signo de un determinismo partidista o ideológico. No. Es que el lugar común de la “dinámica” equivale a una interpretación semejante a la arena movediza o al terreno deleznable. 

Los resultados electorales del pasado domingo en Colombia pueden corresponder a una dinámica, pero no de alcance volátil sino dialéctico en función de cambios a partir de la inconformidad popular ante el crecimiento de los problemas que acosan a la mayoría de los colombianos.

El Estado de Derecho, como norma de la Constitución, no tiene vigencia. La desigualdad provoca una inocultable perturbación social. Y esa es una fuente irrigadora de oposición a la forma como se ejerce el poder o se gobierna. Los ciudadanos se están inclinando por un cambio y por eso han abandonado a los partidos de la tradición institucional y buscan la opción de apertura renovadora.

Esa votación de rechazo a la maquinaria oficialista, como sucedió en Cúcuta, es un comienzo renovador y el alcalde electo Jaro Yáñez, debe tomar en cuenta ese hecho de tanta nitidez.

La prioridad es la erradicación de ese entramado de abuso del poder, que lleva a la ejecución de proyectos erráticos, un amasijo basado en levadura preparada para garantizar los productos de la corrupción. 

El liderazgo de Jairo Yáñez debe contar con el apoyo de los ciudadanos que están del lado de poner a Cúcuta en un nuevo rumbo, sacando el municipio de donde está atrapado para que reciba el aire de la democracia y se garantice la no repetición de los manejos en que se ha incurrido con tanta desfachatez.

Esta etapa que se abre en la ciudad capital  pondrá a prueba a los elegidos para el Concejo. ¿Van a defender sus intereses particulares, como es corriente en la politiquería, o serán solidarios con las propuestas que tracen un nuevo rumbo? Las decisiones en la corporación no pueden estar amarradas a ningún halago. Las veedurías públicas deben estar activas. Es el momento de cerrarles espacios a las mentiras con fines intimidatorios y de fortalecer la ética como divisa de la función pública.

Esa misma perspectiva y en el contexto que le corresponde se plantea para el departamento. El gobernador electo Silvano Serrano tiene claridad sobre los objetivos de su gestión. Los ha plasmado en libro de su autoría. No llega a improvisar sino a armar iniciativas que considera fundamentales en el fortalecimiento del desarrollo de Norte Santander, con reconocimiento de la igualdad de oportunidades.

Es tiempo de aprovechar al máximo los vientos de cambio y no desgastarse en mezquindades. Lo que importa es crear condiciones de vida que generen las mayores satisfacciones a toda la población.

Puntada

Los buenos resultados electorales se dieron en gran parte del país, empezando por Bogotá, donde la electa alcaldesa Claudia López es una garantía para liderar políticas de consolidación de la democracia y el desarrollo social con calidad de vida.

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