Authored by
En la historia del Cúcuta Deportivo existe el registro de haber sido creado el 10 de septiembre de 1924 como el Cúcuta Football - Club, aunque su reconocimiento deportivo se hizo en 1949. Ha sido el cuarto equipo más antiguo de los equipos en Colombia al lado del Junior y el Cali que data del año 1912. “El doblemente glorioso Cúcuta deportivo”, uno de los históricos del fútbol colombiano dejó de existir en estos días; la Superintendencia de Sociedades ordenó su liquidación en esta semana que termina.
Uno de los históricos del campeonato en Colombia tuvo un entierro triste y humillante, pues el día miércoles sus jugadores se enteraron en el camino al estadio de Armenia que no podían jugar el partido contra el América, y después con la rabia y frustración en el regreso, no tenían con qué pagar ni siquiera el hotel donde se hospedaban - parece que apenas era un hostal en la que en sus habitaciones dormían 3 y 4 jugadores- e igual no tenían para el tiquete de regreso. Que humillación.
En el mes de enero el alcalde me había solicitado asistir a la audiencia en la Supersociedades, y efectivamente era lamentable ver a varios de nuestros jugadores que lo dieron todo, su mejor esfuerzo deportivo, a intervenir directamente o a través de sus apoderados para lograr que al final de su carrera deportiva les cancelaran sus derechos laborales. Por ahí pasaron “El Pájaro Carpintero”, Diego Chica, Edwin del Castillo, y otros más. Lamentable.
En la audiencia del miércoles pasado hubo un receso y fui a hablar con el presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo y con su grupo de asesores y durante una hora analizamos, miramos opciones y el presidente me preguntó que en nombre de quien me presentaba a esa reunión. “Esta mañana estuve hablando con el señor alcalde pero no tengo poder del municipio, no soy asesor, vengo más en nombre de la hinchada”. Fue mi respuesta. El presidente fue muy amable e hicimos la reunión. Aquí el problema era que estábamos igual que en un partido de fútbol, en el último minuto. La audiencia en la Supersociedades se reiniciaba a las 4.
El presidente de la Dimayor me explicó por qué no podía en ese momento expedir una garantía, ni tampoco el presidente de la federación Yesurún, entre otras cosas porque ya se encontraba en Barranquilla, pero que la Dimayor le colocaba 1.500 millones al Cúcuta el próximo miércoles. Era la única opción de darle un salvavidas de última hora al equipo. Al reiniciarse la audiencia expuse que lo más prudente era esperar 8 días más, porque si se recibía el dinero evitábamos el entierro del equipo en plena pandemia, y en el evento que incumpliera la Dimayor, pues al final no pasaba nada. El entierro se aplazaba para el próximo viernes.
¿Qué viene ahora? Hay que analizar aún más los efectos y las consecuencias de la pérdida del reconocimiento deportivo por parte del ministerio del deporte. Así como vamos hoy, entiendo que el Cúcuta no podría jugar ni siquiera en la B el próximo año. Creo que en este momento en la liquidación, no se podría vender tampoco la ficha, porque sencillamente dejó de existir. Si queremos ver fútbol en la ciudad en los próximos años, creo que el camino es por decir algo, comprar la ficha del Tuluá, el Villavicencio u otro equipo y con otro nombre jugar en la ciudad. Es probable que hasta la misma barra de “Los Motilones” tengan que cambiar de nombre. La próxima semana trataré de reunirme nuevamente con el presidente de la Dimayor, quien además no debe andar en el mejor estado de ánimo con ese 3 – 0, también humillante para la selección, y aunque ya los 90 minutos para el Cúcuta se acabaron, ya se ordenó la liquidación, en todo caso, y al menos para tener información sobre lo que se nos viene, ahí estaré en nombre de la hinchada.