Amables lectores: en el país nos estamos acostumbrando a utilizar algunos términos, sin saber exactamente su significado. Se aplica con frecuencia el concepto de sonar bonito. Muchas personas repiten no se qué significa, pero suena muy bien y esto les permite sentirse conocedores de algo sin serlo. Uno de estos términos de moda es la palabra inflación que consiste en un proceso económico provocado por el desequilibrio existente entre la producción y la demanda, trayendo como consecuencia un aumento continuo de precios en la mayor parte de los productos y servicios de una economía y se produce una pérdida del valor del dinero para poder adquirirlos o hacer uso de ellos.
Estamos viviendo una oleada de optimismo sobre el desempeño de la economía y todos sentimos gran satisfacción cuando el Fondo Monetario Internacional mejora la proyección sobre el crecimiento del PIB en Colombia de 5,1% a 7,6% para el 2021. Si estos pronósticos se llegasen a dar nuestro país será solo superado por Chile y Perú ubicándonos en un muy honroso tercer lugar de Latinoamérica, como una de las economías con más dinamismo en un año tan difícil de reactivación. La otra cara de este optimismo es el comportamiento de los precios al consumidor. Existe una mezcla de factores internos como los bloqueos que le hicieron daño al aparato productivo o el aplazamiento de ajuste de precios que el gobierno con buen criterio realizó el año anterior pero cuando se reversan este año, sube la inflación. Existen otros externos como materias primas costosas, alza en el uso de contenedores y en el transporte marítimo que han disparado en Colombia y en el mundo las presiones inflacionarias.
Según el DANE la inflación en nuestro país entre septiembre de 2020 y el mismo mes del 2021 registró un valor de 4,51% y en lo corrido del presente año esa cifra alcanzó el 4,33%. Ambos valores superan las metas del 4% que se había fijado el Banco de la República. El Banco Central de Colombia no puede descuidar la inflación y ante estos valores tomó la decisión de elevar en veinticinco puntos básicos la tasa de intervención actitud tomada por primera vez en los últimos 5 años. Se espera que el emisor continúe en este ciclo alcista que incrementará las tasas de colocación al usuario de crédito para lograr disminuir sustancialmente el circulante y el desaforado consumismo que dispara los precios de los artículos.
La disparada de precios al consumidor disminuye el poder adquisitivo de los hogares. En la más reciente encuesta de Invamer el 90% de los hogares colombianos manifiestan que el costo de vida está empeorando. En la clase media los precios han subido un 5,12% y para los hogares pobres el alza ha sido del 4,97%. Con claridad se observa la severidad con la que estos aumentos golpean a los que tienen menos ingresos y complican las ambiciosas metas de reducción de pobreza.
Otro impacto de la alta inflación se presentará en la próxima discusión del salario mínimo para el año entrante. Conjuntamente con la productividad el factor de alta inflación agitará el debate por el salario mínimo. Los sindicatos afirman que adicional a la inflación debe haber un sustancioso incremento que sea el apoyo fundamental para la reactivación económica. Concluye la fuerza sindical que no habrá reactivación del empleo si no se mete dinero en el bolsillo de los colombianos para participar activamente en el incremento del consumo. No debemos olvidarnos que las empresas de todos los tamaños han impulsado la reactivación en el 2021 y se han echado sobre sus hombros los costos de crear y mantener los puestos de trabajo. Las empresas y los empresarios adquirieron el compromiso de ser los mayores contribuyentes de la reforma tributaria que hace trámite actualmente en el Congreso.
