La actual campaña electoral ha estado marcada por la gran cantidad de debates entre los candidatos que marcan con mayor puntaje en las encuestas y estos no se han quedado en los recintos de los grandes medios de comunicación capitalinos, sino que también otras ciudades han sido escenario de estas discusiones, entre ellas Barranquilla, Medellín, Cali y Manizales. 
 
Esa mayor cantidad de escenarios para el enfrentamiento directo y la defensa de las políticas de cada uno no se ha quedado ahí sino que en muchos casos ha trascendido al plano personal y las agresiones verbales no han estado ausentes, algunas con algún tinte de validad, pero otras han tenido una connotación mayor y la réplica no se ha hecho esperar para dar inicio a una discusión que abandona lo esencial de los debates, las ideas y programas de gobierno. 
 
El otro debate corre por cuenta de quienes apoyan a uno u otro candidato y canalizan sus ideas a través de mensajes en las redes sociales, con un tinte agresivo de mayor tonalidad que cae en el lenguaje vulgar cargado de ofensas que tienen como objetivo ridiculizar. Por medio de estos mismos canales de comunicación circulan de manera abundante información falsa, ponen en boca de uno y otro candidato expresiones que nunca han proferido y tienen como claro objetivo desprestigiar. En este caso todos han sido víctimas de esta patraña que a muchos amaña y recrea, por fortuna hay formas de descubrir esas falsas versiones, aunque en algunos casos tardíamente cuando ya han causado algún daño. 
 
En elecciones pasadas la plaza pública no había sido el sitio elegido para expresar las ideas, las manifestaciones públicas y multitudinarias parecían haber pasado al olvido. Pero algunos han retomado esta forma de hacer campaña y en cierta forma han revivido el pulso de saber quién es capaz de llenar calles y plazoletas, así como contar por miles los asistentes a sus actos públicos y pretenden mediante fotos hacer notar el respaldo popular que tienen en los sitios donde hacen sus apariciones. 
 
Pero entre toda la fraseología dada a conocer hasta ahora, ha tenido notoria relevancia las palabras dirigidas a los jóvenes por Gustavo Petro y su alusión a convertirse en militar o policía, lo cual no ha caído bien entre los miembros de las fuerzas militares activos y los que pertenecen a la reserva, las reacciones se han notado, tal como la hecha por los oficiales en retiro asociados en Acore por medio de un video que hicieron público. Unos y otros se sienten lesionados. Entre las manifestaciones de disgusto por esa alusión del candidato Petro está la siguiente…”Así que estudia, no seas militar porque tal vez Dios no te bendijo con el don para entender la grandeza y lo sublime de la profesión de las armas, así que estudia, no seas militar, porque tal vez Dios no te dio el don del sacrificio o el valor, así que estudia, porque tal vez tienes intereses y no ideales”
 
Y todavía nos quedan cinco semanas de campaña, debates, manifestaciones, declaraciones y muchas  “fake news”.