El registro de vehículos de matrícula extranjera el cual venció el 10 de octubre de 2019, ha sido uno de los más burlescos procesos públicos que se haya registrado en el área de frontera.
Luego de varios intentos, pasando por una tibia por no decir ridícula Ley de Fronteras, las autoridades “conocen” la información de la totalidad de vehículos con placa de la hermana República, que presuntamente ingresaron a nuestro territorio antes del 15 de agosto de 2015.
Vísperas al cierre del registro, se vieron interminables filas de automotores en la entrada de los Centros de Diagnóstico Automotor (CDA) y cientos de personas de escasos recursos, hicieron hasta lo imposible para conseguir el dinero que les permitiera adquirir el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT).
Sin embargo, algo misterioso sucedió y parece ser que sigue sucediendo, puesto que el a diario vemos en nuestras vías, vehículos de matrícula extranjera de modelos relativamente nuevos y lo más grave, cientos de ellos tipo motocicleta, bus, carga liviana, carga pesada y hasta los utilizados para transportar mezclas de concreto.
Conocí un caso documentado de los últimos mencionados, portando un permisos falso emitido por la autoridad de tránsito, por medio del cual legaliza una actividad que le corresponde únicamente a las empresas de carga nacionales, que justamente reclaman una acción contundente de los responsables de la circulación y explotación ilegal de ese sector económico, en el entendido que su edad supera los 30 años y además, porque no están afiliados a ninguna empresa de carga, tal como lo establece la norma, porque entre otras cosas nunca podrán ser afiliados por tratarse de vehículos de matrícula extranjera.
Sería muy importante, que la Policía Fiscal Aduanera (POLFA) publicara los resultados de automotores aprehendidos, por transitar sin la respectiva tarjeta de registro expedida por las Secretarías de Tránsito de los municipios beneficiados con la medida. Lo anterior porque pasados más de quince meses, no se conoce la estadística pertinente y en cambio, el daño que sufre la economía formal, sigue en crecimiento con la presunta complacencia de los responsables de dar cumplimiento a la norma.
No obstante, la tarea no solo de la POLFA sino de todos los policiales que “organizan” operativos, cuando ese tema estaba aparentemente superado por el anterior comandante de policía, el cual explicaba que ese tipo de actividades estaba definido por la institución y no está conformado tan solo por dos de sus uniformados, sin embargo se retrocedió en el asunto y hoy encontramos minioperativos en vías de poco flujo vehicular.
Concluyo, que el registro de automotores finalizó en octubre de 2019 y por el momento el gobierno nacional no ha autorizado abrir nuevamente la puerta para que nuestro hermano país se quede sin la posibilidad de movilizarse y mientras tanto, los que hicimos el registro oportuno y pagamos los impuestos, somos sometidos a la burla de los que deben dar cumplimiento a lo establecido por la ley.
