Soldado advertido no muere en guerra reza sabio refrán que cae como anillo al dedo en estos momentos para advertir los peligros que acechan a la democracia colombiana con miras a las cruciales elecciones que se realizarán este año para renovar el Congreso y elegir nuevo presidente de la República.
La advertencia ha corrido por cuenta de la extrema derecha, integrada por parlanchina exministra conservadora y cavernícola exprocurador, famoso por haber quemado libros en su natal Bucaramanga y por defender posiciones extremas en distintos campos, en representación de la extrema derechista, que creíamos desaparecida desde la época del ex mandatario Laureano Gómez.
Los dos dirigentes, en diferentes oportunidades, han anunciado los programas que se proponen adelantar desde el poder, en caso de que los despistados colombianos, víctimas de la ignorancia y la influencia de los medios de comunicación, les otorguen su favor electoral en marzo y mayo.
La parlanchina dama, famosa por su locuacidad infinita, anunció que el objetivo de la derecha es atornillarse en el poder por varios años, siguiendo el ejemplo de las viejas dictaduras de la época de Franco, Pinochet y Trujillo, en tanto que el anacrónico exfuncionario promete, entre otras cosas acabar la política de paz que permitió el desmonte de la guerrilla de las Farc, perseguir a los homosexuales, acabar con el control de natalidad y erradicar el divorcio y lo que él llama ‘’ideología de género’’. En síntesis, volver a las épocas en que la política era manejada por el arzobispo de Bogotá, que designaba, a dedo, a los candidatos presidenciales y tenía prohibidos los anticonceptivos. Un reverso de cien años: volver a la caverna.
Los derechistas, que habían perdido las esperanzas, ahora ven la oportunidad de regresar al poder, gracias al ejemplo de Donald Trump en los Estados Unidos, de Sebastián Piñeira en Chile y de otros políticos que han encontrado en el pasado la fórmula para devolver el reloj. Inclusive, en Austria, tierra natal de Hitler, los derechistas han logrado avances significativos, con olvido de los 50 millones de muertos que dejó el nazismo. Aquí, las nuevas generaciones no conocen la horrible realidad que dejó la violencia, cuando era peligroso ponerse una corbata roja. Afortunadamente, se reanudarán las clases de historia para que las nuevas generaciones sepan lo que pasó aquí en la época de la hegemonía azul. GPT